TAREA PÚBLICA
Por: Carlos Orozco Galeana
El Movimiento Morena vive una etapa álgida en el país debido a una lucha cruenta por el poder. Si a nivel central se disputaron fragorosamente la dirigencia con resultados más o menos aceptados en la figura del ganador Mario Delgado, las tribus al parecer hicieron un alto y difirieron el afán de despedazarse entre ellas a la espera de los resultados electorales de junio próximo. Si pierde la Cámara de Diputados, arderá Troya. En algunos estados, la cosa está que arde. Abona a cierta inestabilidad los dedazos presidenciales para ocupar 15 candidaturas a los gobiernos estatales y los consabidos repartos de otras posiciones.
Morena es una estructura política con fallas, es un movimiento surgido al calor del líder Amlo, tiene tribus variopintas, no es un partido como tal donde hay reglas para no despedazarse entre todos. En las dirigencias, no tiene de lo mejor, hay gente poco profesional en esos cargos que se guía por intuiciones, con mucho corazón. . . y muchas ambiciones. El presidente López Obrador no puede tratar como recién nacidos a las múltiples dirigencias creyentes de que el poder que tienen hoy será para toda la vida, y ya no sabe como atemperar los ánimos. A ver cómo quedan de heridas las tribus ante la elección.
En Colima, Morena prometió que sus diputados se bajarían el sueldo y no cumplió. Se la cobrarán en las urnas, lo verán. Su comité estatal no tuvo fuerza para exigir el acatamiento de promesas de campaña. Hubieran colgado de un árbol a su dirigente si hubiese insistido en ello. Quien sabe cuántos votos le costará esa informalidad en el 2021 y cuántos politiquillos quedarán despanzurrados. Gran costo tendrá este desaire a los ciudadanos, como lo dijo su dirigente formal Sergio Jiménez Bojado en 2019.
Pero lo delicado en este remolino de pasiones, escribí en aquel año, es el debate que se ha abierto sobre la transferencia de terrenos del Ayuntamiento de Cuauhtémoc a un grupo empresarial, que presuntamente significó un daño al patrimonio municipal, como lo dijo a tiempo el alcalde de Cuauhtémoc Rafael Mendoza a la Fiscalía estatal. El resultado en este tema podría tener efectos positivos para unos y negativos y usarse políticamente con reloj en mano para destruir honras de algunos, aunque me está quedando claro que por el silencio de muchos meses respecto al trámite del expediente, Altozano es caso juzgado.
Comenté también, para la extrañeza de algunos lectores, que en la vorágine morenista un grupo de ciudadanos pensaba que ante la situación local, el presidente Andrés Manuel López Obrador podría habilitar a otro jugador con el que guarda amistad ya que le hizo ganar como líder nacional del Prd la primera capital en el país y con el que mantiene una relación de afecto mutuo. Me referí al ingeniero Carlos Vázquez Oldenbourg, para muchos ya retirado de la política. Pero no es así, un político deja de serlo hasta que muere, y ahora se comprueba con su firme deseo de competir otra vez por la alcaldía de Colima por Morena, responsabilidad que ha ocupado venturosamente en dos ocasiones más. Se la rifará entre más de diez aspirantes, pero de que será el rival a vencer, lo será.
Carlos Vázquez es un colimense de bien que ha pasado el examen municipal dos veces. Director de obras públicas del estado durante un sexenio, dejó profunda huella con su capacidad de trabajo y su don de gentes. Fue además un empresario exitoso. Presencié su modo de trabajar; recuerdo su capacidad resolutiva, no ha sido como otros funcionarios indecisos que ante sus incapacidades forman comisiones para hacerle al cuento y engañar a todos con su inoperancia y sus complejos. CVO no difería decisiones ni trámites. Hubiera sido un magnifico gobernador en la década de los 80. Voluntad para servir y buena salud le sobran para ser alcalde otra vez.
De competir el ingeniero Vázquez Oldenbourg, hará un gran servicio a la causa de Morena y de paso reforzará la candidatura de Indira Vizcaíno, pues pocos ahí gozan de la imagen pública que tiene él. Pero a ver cómo le va con las tribus y con otras intervenciones internas poderosas pues hay aspirantes mujeres que gozan de la bendición de Indira para esa posición, como es Gisela Méndez. Rafael Briceño es otro competidor interno con posibilidades de entre los aspirantes al mismo cargo. Pero en la elección constitucional, tendrá en el profesor Federico Rangel (MC)un competidor muy serio.
En definitiva, lo siento por los buenos aspirantes apuntados para el mismo cargo, pero CVO será un hueso político muy duro de roer para cualquiera pues ya ha ganado esa posición con el PRI y con el Prd habiendo gobernado satisfactoriamente el municipio. A ver quién es el gallo o gallina que se le atraviesa en su camino. No la tendrán fácil con él. Es candidato a vencer.