CRIMEN POLITICO-PASIONAL

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Por José Díaz Madrigal

Fue el licenciado Francisco Eulogio Trejo, un ferviente juarista de origen jalisciense que vino a radicar a Colima; cuando las tropas del segundo imperio se apoderaron de Guadalajara. Después de llegar a Colima, quizá pensó en quedarse temporalmente para luego regresar a la capital de Jalisco. Estando viviendo aquí en Colima, tal vez en uno de sus paseos vespertinos que hacía a caballo por la ciudad, tuvo la feliz ocurrencia de resbalarse en La Piedra Lisa, que desde tiempos inmemoriales ha sido un lugar de recreo familiar. De acuerdo a la bonita superstición que cuenta que La Piedra Lisa tiene magia, puesto que el que se resbala por su cara pulida, ya no se va de Colima o cuando menos, regresa. Al licenciado Trejo de seguro le sucedió lo primero. Ya no se fue de Colima.Después del triunfo de la República, se integró de lleno a la vida pública del Estado que lo adoptó. Sobresalió social y políticamente además de prosperar en el lado económico. Cuando estuvo de visita por unos días el Secretario de Estado de los Estados Unidos -dicho sea de paso, aquí había consulado norteamericano – en 1869, la única visita de que se tenga registro en la historia de Colima; al licenciado Trejo le tocó el discurso de bienvenida en una cena de gala, que se efectuó para homenaje del distinguido personaje y su comitiva.En 1876 era gobernador del Estado Filomeno Bravo. Ese año el licenciado Trejo se levantó en armas para secundar la rebelión de Porfirio Díaz, que se sublevó en contra del presidente Sebastián Lerdo de Tejada. El movimiento prendió y ese mismo año Porfirio llega al poder nacional. Una vez estando en la presidencia de la República, se anunció una gira de trabajo por Jalisco; ocasión que aprovechó Francisco Trejo enviando a su gente para entrevistarse con Díaz. Llevaron la denuncia de que Filomeno Bravo tuvo una espléndida atención con miembros de la administración federal anterior, cuando estos pasaron por Colima rumbo a Manzanillo para embarcarse a San Francisco California.Esa cortesía que tuvo Filomeno con los caídos en desgracia, le salió caro; hirió la vanidad de Porfirio que de inmediato, de ahí mismo de Guadalajara despachó una columna militar al mando del tapatío Doroteo López, para deponer a Filomeno Bravo y tomar Doroteo las riendas del Estado, convirtiéndose en el primer gobernador porfirista de Colima. El educado y popular Filomeno, se retiró a la vida privada, mientras Trejo se hizo diputado en el Congreso del Estado.El 30 de Junio de 1878, se llevaron a cabo elecciones para elegir diputados y senadores al Congreso Nacional; ese día tuvo lugar una acalorada manifestación que recorrió las principales calles de la ciudad, con gente de a pie y de a caballo; casi todos armados con garrotes y los que podían con armas de fuego, además la mayoría iban borrachos, cosa que facilitó la tragedia. A mitad del portal Medellín, había una elegante cantina llamada Casino alemán. Trejo que le gustaba el alboroto y dirigía aquella desordenada turba, se dió cuenta que en el interior del Casino estaba Filomeno Bravo. No perdió tiempo, azuzando a su ejército de borrachines para insultar a Bravo. Éste sensatamente se retiró del lugar, seguido de varios compañeros, tomando dirección a su casa en la calle 5 de Mayo casi esquina con V. Carranza. La bola de alcoholizados se fue detrás de ellos. Estando ya con su familia, los alebrestados rijosos trataron de entrar por la fuerza, se armó un borlote donde salieron a relucir las pistolas agarrándose a balazos haciendo una matazón de gente de ambos lados. Filomeno fue aprendido, llevándolo preso. A Trejo, muy campante no le pasó nada.Filomeno Bravo era muy querido entre sus amigos, de tal modo que éstos tramaron un plan para rescatarlo; cosa que consiguieron logrando darse a la fuga, yéndose a esconder a las serranías de Minatitlán, en un rancho conocido como Potrero Grande. Hasta allá llegó la policía montada donde tuvieron un fuerte encontronazo, muriendo Filomeno Bravo en el agarre.Dos años después, el 30 de Junio de 1880; dos de los fieles amigos de Filomeno: Ignacio Gamiochipi y Chabelo Lagos, casualmente se encontraron en una cantina del centro de la ciudad. Al calor de las bebidas recordaron la fecha de ese día y, entre copa y copa se enardecieron los ánimos. Los dos estaban armados, uno de ellos suelta la propuesta “vamos a meterle unos balazos a Trejo” los dos picados de alacrán y movidos por pasión criminal, no lo pensaron dos veces, al instante salieron de la cantina para dirigirse a la casa de Francisco Trejo, ubicada frente al costado sur del teatro Hidalgo, entonces en construccióbn, entre la calle Independencia y Degollado.Cuando arribaron al domicilio de Trejo, éste había terminado de comer y se retiró a un cuarto para dormir una siesta. Los dos amigos tocaron la puerta, una empleada doméstica los recibió diciéndoles que estaba dormido. Los visitantes con aliento alcohólico no se anduvieron con miramientos; se abalanzaron a la recámara donde estaba Trejo, despertando con el ruido de los gritos de la familia, alcanzo a agarrar su pistola sin embargo aquellos le madrugaron quemándole unos balazos a medio pecho, dejándo a Trejo bien difunto.La suerte cuando se cambia, se convierte en enemiga. El próximo 30 de Junio se cumplen 142 de la muerte del inquieto y pendenciero licenciado Trejo. Víctima de un crimen político -pasional.