CORONEL SANTACRUZ

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Por José Díaz Madrigal

Para quienes conocemos el panteón municipal de Colima desde hace mucho tiempo, más de una vez hemos sentido curiosidad por el rostro de un hombre barbado; colocado a modo de medallón en lo alto de una delgada capilla metálica, que se le nota el paso de los años por el óxido en paredes y barandales.

La ubicación de la capilla fue hecha deliberadamente. Está en la parte más visible del cementerio, en el mero centro; donde también se encuentran otros monumentos funerarios. Unos más grandes y ostentosos, sin embargo ninguno tiene la esbelta elegancia de dicha capilla.

Ha sido seguramente, una interrogante que con frecuencia nos hacíamos, cuando contemplábamos aquella cara de líneas bien proporcionadas; ojos avispados y lo que más llama la atención es su hirsuta y poblada barba, partida en dos mitades separadas, pero acomodadas de tal forma, que le brinda mayor relieve a todo el medallón de bronce en su conjunto.

El aspecto regio y majestuoso de la imagen, daba pie para figurarse que fue un personaje de realeza extranjera; que falleció quedando sus restos mortuorios en Colima. El caso es que se trata del coronel Francisco Santacruz Escobosa, penúltimo gobernante porfirista del estado.

El coronel tuvo una destacada vida social, económica y política en Colima en el último tercio del siglo XIX. Era nativo de Guaymas, Sonora; siendo muy joven, llegó a Colima después de haber emprendido un largo viaje que lo llevó por sudamérica, a su regreso arribó a Manzanillo; donde estuvo por breve tiempo para después cambiarse tierra adentro, asentándose en la ciudad de Colima en 1856.

Una crónica lo señala, como fiel acompañante de Manuel Álvarez, primer gobernador de Colima, el día que unos militares sublevados le atinaron un balazón bien recio a medio pecho de don Manuel, que lo tumbó del penco; dejándolo tirado a media calle (entre Torres Quintero y Venustiano Carranza), eso sucedió un lluvioso día del mes de agosto de 1857.

Santacruz debió haber sido un militar activo, trabajador y carismático, por la década de los sesenta de aquel siglo; sin ser colimote, ya se había ganado la confianza del gobernador en turno y lo nombró prefecto político. Figura burocrática ya en desuso en México, pero con un equivalente aproximado al secretario general de gobierno actual.

Desde 1869, fue gobernador de Colima en distintas ocasiones, este año cubrió un interinato; nombrado por el congreso del estado, para enseguida hacerlo constitucionalmente. Durante este primer período constitucional, impulsó el desarrollo sobre todo en mejoras urbanas de la capital. De las edificaciones emblemáticas que siguen siendo muy útiles hoy en día, que se inician en 1873, es el puente Zaragoza sobre el río Colima, por la calle 5 de Mayo entre Nigromante y Corregidora. Ya no le tocó inaugurarlo, pues presiones políticas lo hicieron renunciar a su cargo ese año.

El segundo período constitucional, fue de 1880 a 1883, durante este período, se firma el contrato de construcción de la vía de ferrocarril. Este primer contrato, comprende el tendido de vía desde el puerto de Manzanillo a la ciudad de Colima; el tramo de 100 Km. Entró en funciones en el año de 1889.

Los diputados del congreso local, que dicho sea de paso, grazie, no cobraban  ninguna dieta. Eran más rigurosos en el desempeño de sus funciones y volvieron a desaforar a Santacruz en 1883.

Mientras no regresó al gobierno del estado otra vez, se dedicó a los negocios particulares, siendo un hacendado exitoso. Fue propietario de tres de las más productivas haciendas de aquella época: La Magdalena ( actual Pueblo Juárez), productora de ganado y maíz; Quesería, productora de azúcar; y Cuyutlán la mayor productora de sal de la costa.

El coronel fue un gobernante querido por la mayoría del pueblo. Tomó de nueva cuenta el poder ejecutivo del estado en 1893, siendo reelecto en lo sucesivo hasta que el paludismo le arrebató la vida; esto sucedió la noche del 8 de Mayo de 1902. Desde las postrimerías de ese mismo año, se encuentra en pie la estilizada y fina capilla; adornada en el alto frontispicio, con el gallardo rostro del coronel Santacruz.