Confirma extrabajadora abusos y trato indigno en asilo de ancianos

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Juan Carlos Flores|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.- Los abusos contra los adultos mayores de la Casa-hogar La Armonía, conocida anteriormente como “María Conchita de Brun”, han sido constantes y tolerados por el administrador Daniel Sánchez Mendoza.

Lo anterior fue confirmado por una extrabajadora gericultista que pidió el anonimato por la experiencia por la cual pasó.

COLIMANOTICIAS le pidió una entrevista para dar su testimonio y comprobó su identidad y trayectoria laboral con documentos, los cuales tiene este medio de comunicación en su poder.

María “N”, como le llamaremos para esta entrevista, explica que laboró del 2006 al 2008 en el área de mujeres en donde tenía a su cargo 8 personas. “Me encargaba de bañarlas, darles de comer, sacarlas al patio y acompañarlas a misa”, narra.

Primeramente, continuó, los sacan a desayunar y después hacen terapia recreativa como ejercicio, plastilina, música y otras artes.

Luego, como a las 2:00 se sirve la comida, “generalmente se servía frijoles con morisqueta y era una dieta invariable que muchos ancianitos se quejaban pero debe haber una investigación más profunda en la cocina”.

-¿Qué pasaba con los alimentos?

“A veces si el huevo estaba echado a perder, así lo servían, simplemente nos decían que le echáramos más jitomates y cebolla para disfrazar el sabor, pero casi todos se quejaban de la comida”.

La extrabajadora mencionó que las personas que están en el asilo tienen demencia en su mayoría y es difícil tratar con ellas especialmente a la hora del baño, que se hacía cada tercer día, pues se ponen renuentes. “Nos decían que había que echarles agua fría y era complicado”.

-¿Había maltrato contra los ancianos?

“Si, mucho. Había mucho maltrato. Fue uno de los motivos por los cuales me salí. Me quejé en muchas ocasiones por las órdenes que decía Don Daniel (adminstrador) porque la gente que trabaja ahí tiene miedo de perder sus empleos u otras represalias”.

También confirmó que las órdenes eran amarrar a las personas. “No sé si ahora lo hacen con cadenas, como dice la familia del experiodista, pero sí los amarraban con pañuelos o si tú quieres con paliacates, pero los amarraban”.

Señaló que hay muchos visitantes al asilo casi todo el día, pues hay desde pasantes de enfermeros, familiares y otras personas, “pero ellos no saben lo que pasa adentro, la gente no se va a dar cuenta de estas cosas, tienes que vivirlo ahí adentro, porque la mayoría del tiempo los ancianos están tranquilos porque están sedados”, mencionó.

Había una interna, de nombre “Trini”, que gritaba mucho, recuerda, entonces “la drogaban mucho para que estuviera callada y no diera lata”.

Anteriormente, el asilo de ancianos lo administraban monjas de la Iglesia Católica “Y ellas nos decían: hay que cuidar a los viejitos como si fuera Dios, por eso se les trataba bien porque las cuidadoras creían en eso que nos decían, ahora no, todo cambió”.

Indicó que el administrador lleva más de 20 años en el puesto y admite a pacientes en un área privada en donde los familiares pagan hasta 3 mil pesos mensuales “pero el trato es el mismo, sólo los tienen en un área para ellos solos”.

Relató que el administrador, cuando moría un anciano, era el primero en llegar a ver el cadáver y le quitaba las joyas. “Había un señor al que le apodaba ‘el dólar’, y tenía mucho dinero en el banco, y supe que Don Daniel lo obligó a firmar un documento para poder sacar el dinero”.

Confirmó que hay sometimientos para obligar a medicar a los ancianos. “Le pone una rodilla en el pecho o lo agarran de los testículos para que abra la boca, nos decía a los trabajadores: si ya sabes cómo hacerle para que tome el medicamento ¿Para qué preguntas?”.

El trato con el personal del asilo “es pésimo, todas las cuidadoras le tienen miedo; a mí me dijo que me iba a pasar algo por habliche pero yo estaba exigiendo un trato digno para ellos. Me castigó y me mandó al área de hombres”.

Su salida

En el 2008, recuerda, tuvo que salir despedida porque la regla era que todas las cuidadoras tenían que tener relaciones sexuales con el administrador. “Yo me negué, pero en una ocasión yo vi a Don Daniel con una mujer y los caché; eso después provocó mi salida, se enfadó de que yo lo amenazara con hablar y no dejaba que nos acercáramos con Don Enrique Oldenbourg (presidente del patronato) para quejarnos”.

Después del incidente, la mandó a lavar platos y baños. “Y no aguanté y después me despidieron”.

Resaltó que existe un médico geriatra especializado y muy capacitado que atiende a todos los enfermos “pero las dosis las ordena Don Daniel, porque si él ve que no hace efecto (para sedarlos) ordena que le den más”.

“El patronato no se entera de muchas de las cosas de Don Daniel, yo hablé con Doña Concha (esposa de Enrique Oldenbourg) y no hizo nada”.

Más casos

Francisco Javier Hernández Valdivia confirmó que los maltratos en el asilo de ancianos son continuos. “Tuve la a desafortunada experiencia con mi madre que por descuido le fracturaron fémur y cadera y ahora la tengo en casa con cuidadoras especializadas”.

Por su parte, Francisco Quintana Garizurieta, enfatizó que estuvo internado durante 8 meses y de lo que más se quejó fue el trato y la comida, “estuve ahí por necesidad de apoyo por 8 meses y todo el tiempo reclamé desde trato hasta ropas, no se diga de la comida; en ocasiones eso más que comida parecía sobras regaladas y pague cada mes. Existe falta total de atención en trato, enfermería y ayudantes que carecen de una preparación para esa labor. El desayuno era una escudilla con sopa de fideo. Mejor me salí para evitar escenas violentas con el administrador Daniel, falto de toda preparación para tratar a la gente internada”, mencionó.