Condenan al rezago educativo a la niñez colimense

0

* El 2021, año electoral, será recordado como el momento en que el gobierno de AMLO desmanteló la educación de calidad, al desaparecer fondos y programas indispensables para la mejora de los aprendizajes y la profesionalización docente.

César Barrera Vázquez*|CN COLIMANOTICIAS

*Reportaje especial

Colima, Col.-   El gobierno federal desmanteló el andamiaje educativo al desaparecer programas indispensables para mejorar los aprendizajes y apuntalar una educación de calidad, afectando así a más de120 mil estudiantes de nivel básico y a más de 7 mil docentes que se encuentran en casa durante esta pandemia en Colima, sin saber que han sido condenados al rezago educativo.

Sin justificar ni dar razones, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador desapareció el apoyo presupuestario federal de ocho programas –de un total de 11– de la Dirección de Desarrollo de la Gestión y Calidad Educativa de la Secretaría de Educación del Estado, y redireccionó los recursos de otros a la Delegación de Programas para el Desarrollo en Colima.  

Se trata, en la mayoría, de programas que están alineados y articulados con las metas estratégicas del Plan Nacional de Desarrollo (PND) y de la agenda 2030, cuyas directrices, en teoría, sigue el gobierno federal para alcanzar un mayor bienestar en la población.

Por consiguiente, acorde con la planeación federal, estos programas no debieron haber desaparecido; sin embargo, desde el 2019, padecieron una serie de recortes presupuestales hasta culminar, en este 2021, con su desaparición y cierre total del programa; en otros casos, fueron absorbidos por la Secretaría del Bienestar y articulados al abanico de programas que oferta la Delegación de Programas para el Desarrollo de Colima (DPDC).

Así pasó con el programa de Escuelas de Tiempo Completo, cuyo objetivo era “lograr que los alumnos y alumnas de las escuelas públicas de educación básica cuenten con ambientes que les permitan el logro de mejores aprendizajes y de un desarrollo integral mediante la ampliación y uso eficaz de la jornada escolar y de mecanismos de mejora en el aprendizaje que hagan un alto a la deserción educativa y que favorezcan la retención escolar”.

Este programa pasó de una inversión ejercida superior a los 134 millones de pesos en el 2016 a tener un recurso de 60 millones 826 mil 766 pesos el año pasado, y ahora, en este 2021, se dejó sin presupuesto estatal y si redireccionó al programa la Escuela es nuestra.  

Eran más de 300 planteles los inscritos en este programa y se beneficiaba a más de mil 900 figuras educativas, particularmente al docente, quien tenían la ventaja de mejorar su sueldo y trabajar un doble turno en la misma escuela. Ahora, estos docentes tendrán que ser reubicados pues hay criterios de selección diferentes.

La aplicación de este programa que benefició la economía de los maestros y amplió el horario de clases para niñas y niños en el estado, ya no dependerá de la Secretaría de Educación o el SNTE 6 y 39, sino de la Secretaría de Educación Pública y tendrá una estrecha vigilancia de su operación por parte del Comité Escolar de Administración Participativa (CEAP).

De acuerdo a los lineamientos de operación de La Escuela es nuestra (DOF: 26/01/2021), en su componente 2, La SEP, a través de la Subsecretaría de Educación Básica, llevará a cabo la selección de los Planteles a ser beneficiados, considerando las de un solo turno, en todos sus niveles y servicios educativos, que cumplan preferentemente con al menos uno de los siguientes criterios:

a)    Sean escuelas de educación indígena y/o multigrado;

b)    Ofrezcan educación primaria o telesecundaria;

c)    Atiendan a población en situación de vulnerabilidad o en contextos de riesgo social, y

d)    Presenten bajos niveles de logro educativo o altos índices de deserción escolar.

Por consiguiente, no se tomará en cuenta la lista de planteles que se beneficiaban anteriormente con este programa, los cuales se focalizaban la mayoría en colonias de la zona urbana de alta vulnerabilidad, donde se podía agrupar el turno matutino y vespertino, en función del aforo de estudiantes. Y es que, de acuerdo a la misma SE, cada vez hay menos estudiantes en comunidades rurales y también en turnos vespertinos.

Otro programa al que se le disminuyó el presupuestado, hasta dejarlo sin asignación este año, es el programa de Atención Educativa a la Población Escolar Migrante: su presupuesto tuvo variaciones presupuestales, arriba y abajo, durante el 2016 al 2020, y en este año no tuvo una asignación presupuestal de recursos.

Son 15 centros de educación migrante los que operan en el estado y ayudan a niñas y niños, de escasos recursos y vulnerabilidad alta, a culminar su educación básica. Se tratan, en la mayoría, de hijos cuyos padres son jornaleros agrícolas, indígenas, que hablan náhuatl, mixteco, amusco y tlapaneco.

La coordinadora estatal del programa, María Concepción García Ruvalcaba, lamentó que se dejara sin presupuesto en este 2021 a este programa que no solamente les brindaba una educación básica a estas niñas y niños, sino que también les proporcionaba alimentos y útiles escolares a más de 473 estudiantes.

De igual forma, el gobierno federal le dejó de invertir recursos a programas para optmizar la habilidad docente y mejorar, consecuentemente, los procesos de enseñanza y aprendizaje. Tal es el caso del programa para el Desarrollo Profesional Docente Tipo Básico.

Este programa tuvo una reducción 65.87% por ciento en el 2020 a comparación con el 2019. Su principal función es ofertar cursos para la formación continua en docentes, así como cursos de aprendizaje clave para la educación integral.

Y tiene el objetivo de asegurar la calidad de los aprendizajes en la educación, a través de la formación integral de todos los grupos de la población mediante esquemas de formación, actualización académica, capacitación y/o investigación a personal docente, personal técnico docente, con funciones de dirección, de supervisión, de asesoría técnica pedagógica y cuerpos académicos.

Al disminuir el presupuesto de este programa, el número de figuras educativas formadas también cayó. Por ejemplo, en el 2018 se presupuestaron más de 12 millones y se formaron un total de 8 mil 37 figuras educativas, en contraste con el 2020, cuando se presupuestaron 602 mil pesos y se formaron solo 430. Para este año también se recortó a la mitad del presupuesto y el impacto fue proporcional en la disminución de capacitaciones: 230.

Esta tendencia se confirma con la desaparición del programa Desarrollo de Aprendizajes Significativos en Educación Básica. Este programa se creó mediante el acuerdo 24/12/2019 de la SE y tenía toda una fundamentación legal: artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 38 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; 75 y 77 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, entre otro relativos a garantizar el uso adecuado de los recursos.

El programa tenía la intención de dar seguimiento, capacitación y recursos didácticos y bibliográficos a las escuelas beneficiadas para el desarrollo de las cuatro líneas estratégicas nacionales: la Estrategia Nacional de Lectura, la Estrategia Nacional de Pensamiento Matemático y Científico; Estrategia Nacional de Seguridad Escolar; y Estrategia Nacional de Educación Financiera.

Para apuntalar estos temas el año pasado se le presupuestó a este programa 737 mil 373 pesos.  Con este recurso se atendieron 10 escuelas de nivel básico (cuatro preescolares, cuatro primarias y dos secundarias), se beneficiaron 124 figuras educativas (entre supervisores, directivos y docentes) y 3 mil educandos del nivel básico.

Al desaparecer este programa en el 2021, “se deja de contribuir con la mejora del logro académico de las y los alumnos de las escuelas públicas de educación básica beneficiadas y con el fortalecimiento del liderazgo académico de supervisores, directivos y docentes para la implementación de las cuatro líneas estratégicas nacionales”, conforme a los criterios de operación y objetivos del mismo programa.

Otro de los programas que desapareció en este año fue el programa Nacional de Convivencia Escolar. Este programa, a diferencia de los otros, tuvo un crecimiento sostenido en su presupuesto, que pasó de 408 mil 152 pesos en el 2016 a 3 millones 654 mil 578 pesos en el 2020.

Inexplicablemente, para este 2021 el programa desapareció. En el 2020 benefició a más de 120 mil estudiantes del nivel básico y atendió el 100 por ciento de los planteles. El programa favorecía el establecimiento de ambientes de convivencia escolar pacífica, inclusiva y democrática, que coadyuvaban a prevenir situaciones de discriminación y de acoso escolar.

Este programa está alineado a metas estratégicas del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno de AMLO.  Por eso el presupuesto se incrementó casi al doble del 2018 al 2020; sin embargo, en un momento en que la violencia delincuencial crece, así como la violencia doméstica, se le desaparece, sin que el gobierno federal explicase los motivos.

Los sobrevivientes

De los 11 programas de la dirección de Desarrollo de la Gestión y Calidad Educativa de la Secretaría de Educación del gobierno estatal, sólo sobrevivieron y les aumentaron su presupuesto al Programa Nacional de Inglés (PRONI) y al programa Para la Inclusión y la Equidad Educativa.

El primero pasó de un presupuesto de 10 millones 824 mil 610 pesos en el 2016 y a 13 millones 222 mil 705 pesos en este 2021; sin embargo, para este año, el gobierno estatal le había solicitado al gobierno federal 20 millones de pesos, cantidad necesaria para cumplir con las expectativas del programa, explicó el coordinador de este programa, Paul Edward Oyer.

En cuanto al Programa de Inclusión y Equidad Educativa, pasó de 471 mil 435 pesos en el 2016 a 1 millón 379 mil 784 pesos en este 2021. Estos dos programas deberían ser la norma y no la excepción.

Sin embargo, lo que demuestra el comportamiento del presupuesto educativo destinado a la mejora de los aprendizajes y apuntalar la educación de calidad, con mayor énfasis en estos dos últimos años, es una tendencia a la baja en sus presupuestos hasta su consecuente desaparición.  O, por otro lado, reubicarlos a la Secretaría de Bienestar para su uso asistencialista y de subsidios, como en el caso de Escuelas de tiempo completo.

Este fenómeno se replica en programas como el de Beca de Apoyo a la Educación Básica de Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas, cancelado en este 2021 después de una serie de recortes. El programa se focalizaba en la población de entre 12 y 18 años 11 meses de edad, de cualquier estado civil que desearan iniciar, reincorporarse, permanecer y/o concluir la educación básica (primaria y secundaria) en el sistema escolarizado, no escolarizado o mixto.

Durante los años que estuvo en operación, de 2016 al 2020, este programa benefició a 610 jóvenes embarazadas o madres jóvenes, lo que contribuyó, de acuerdo a la Secretaría de Educación y la Coordinación de los Servicios Educativos del Estado, a reducir el rezago educativo de ese sector en situación de vulnerabilidad, agravada por el embarazo y la maternidad temprana.  El programa hoy está en la Secretaría de Bienestar.

Las prioridades de AMLO

¿Qué tanto le importa la educación de Colima al presidente López Obrador? Para responder esta pregunta remitámonos a los recortes presupuestales de programas que mejoran la calidad de la educación, documentada en este reportaje, pero en especial a un rubro que durante esta pandemia ha pasado desapercibido: la inversión en infraestructura educativa.

Durante estos dos años del gobierno de López Obrador, 2019 y 2020, se invirtieron 305 millones 855 mil 552 pesos, una cantidad muy por debajo de los 390 millones 176 mil 714 pesos invertidos únicamente durante el 2018.

Al igual que con los otros programas de la dirección de Desarrollo de la Gestión y la Calidad Educativa, la inversión del Programa General de Obras, correspondiente al Fondo de Aportaciones Múltiples, registró una baja significativa al inicio del gobierno de López Obrador.

Esto se explica porque durante el 2016 al 2018, este fondo estuvo potenciado por programas como el de la Reforma Educativa y el de Escuelas al CIEN, de los cuales, este último, representó una inversión ejecutada de más de 581 millones de pesos, lo que benefició a un total de 370 planteles escolares.

¿Qué pasó con estos programas que potenciaron la inversión pública y mejoraron la infraestructura escolar? Desaparecieron a principios del 2019, cuando se derogó la reforma educativa del 2013, aprobada en el marco del Pacto por México, junto con otras 10 reformas estructurales.

Al grito de “Va caer, va caer, la reforma va caer”, los morenistas, junto con sus aliados del PT, eliminaron esos programas de infraestructura educativa y le dieron el tiro de gracia al Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED), desarticulando así el trabajo con sus institutos homólogos en las entidades, como el Instituto Colimense de la Infraestructura Física Educativa (Incoifed).

El caminito a la…¿elección?

Desde el escenario político, los partidos de oposición han criticado la centralización de los recursos federales a programas manejados desde la Secretaría del Bienestar, a través de un esquema asistencialista que, aseguran, es susceptible a la coacción del voto o a ser utilizado con fines electorales.

No se trata solamente de un discurso construido por los adversarios del presidente, pues de acuerdo a una encuesta de Parametría (citado en el estudio El blindaje electoral a programas sociales, elaborado por Incidesocial), el 75 por ciento de los mexicanos consideraban que los recursos públicos y programas se utilizaban para conseguir votos.

Llama la atención, en ese sentido, que además de los programas que desaparecieron destinados a la mejora educativa, de cuyo recurso se ignora hacia dónde fue canalizado, por lo menos tres programas se integraron al abanico de apoyos y recursos entregados por la Secretaría de Bienestar.

Se trata del programa de becas de apoyo a jóvenes madres y jóvenes embarazadas, el cual pasó a la Coordinación Nacional de Becas Benito Juárez, con el acuerdo número 34/12/20, por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa de Becas Elisa Acuña para el ejercicio fiscal 2021, publicado el 31 de diciembre de 2020.

Así como el programa la Escuela es Nuestra (antes Escuelas al CIEN, Escuela Digna), que ejecuta directamente la Delegación de Programas para el Desarrollo en Colima y cuya inversión en el 2020 fue de 16 millones 50 mil pesos, cantidad que se canalizó a 101 escuelas en el estado, pues este programa tiene la característica de que el recurso lo ejecuta directamente los padres de familias.

El otro programa es Escuelas de Tiempo Completo, cuyas reglas de operación establecen que serán subsidios acordes a las horas que laboren los docentes y que se les depositarán, de preferencia, en los Bancos del Bienestar. El programa será viable conforme a la suficiencia presupuestaria, expone en el numeral 4, de sus reglas de operación.

Sin inversión, no hay educación

Para el doctor en pedagogía y autor de diversos libros en educación, Juan Carlos Yáñez Velazco, la prioridad que le da un gobierno a la educación se estima, en buena medida, por la inversión en su sistema escolar.

“Los discursos encendidos, los documentos, las declaraciones no se sostienen si no hay correspondencia en programas, proyectos y financiamiento. Es difícil encontrar un país del mundo donde, sin inversión educativa, se pueda progresar en la formación de las personas, lo más valioso de la sociedad”

Expone que los países más avanzados en su sistema educativo tuvieron una inversión fuerte y sostenida, junto a un proyecto nacional ambicioso, donde la educación era una variable estratégica.

“Suele decirse que el presente de las escuelas es el futuro de las sociedades. El futuro de las sociedades no depende sólo del dinero, pero sin él, las limitaciones pueden ser insuperables. Por otro lado, en México el problema no sólo es de dinero; que existe, sin duda. También es de proyecto educativo en una sociedad tan heterogénea e injusta”.

Agrega que un país que no invierte en educación condena a muchos de sus miembros a no hacer efectivo el derecho humano y constitucional a la educación.

“Si México no invierte en educación, y eso es más que dar becas y pagar a los maestros, estará condenando a perpetuar la exclusión de millones de niños y una baja calidad en los aprendizajes”.

—¿Qué le dice, como pedagogo, la desaparición de programas como escuela de tiempo completo, el programa Desarrollo de Aprendizajes Significativos en Educación Básica, entre otros cuyo objetivo es capacitar al docente?

—El Programa Escuelas de Tiempo Completo no desaparece, dijo Esteban Moctezuma, pero no explicó ni está claro de dónde saldrán los recursos para reubicarlo. Lo que parece evidente es que tampoco se va a fortalecer y con eso estará condenando a los usuarios principales de ese tipo de servicios, donde se articulaban la educación y otros beneficios, como el desayuno y la comida, o programas de formación complementaria, con beneficios para los maestros.

“Es inadmisible –agrega Yáñez Velazco– que un gobierno que se proponga, en el discurso, la más importante transformación educativa no invierte en la formación de los estudiantes, en las escuelas normales y en la actualización de los profesores en servicio. No hay manera de sostener la pretensión. No corresponde con la repetida frase de la “revalorización del magisterio”.

—¿Se puede aspirar a mejorar la capacidad de enseñanza del maestro sin invertirle al docente en su preparación y capacitación?

—Sí, se puede, pero la buena voluntad no alcanza para sostener un esfuerzo a la altura de lo que se demanda. Los cambios en educación no ocurren en lapsos cortos. Son de largo aliento, y para eso tiene que haber estímulos, mejorar condiciones, reconocer buenas prácticas, movilizar saberes de los maestros. Tiene que haber programas de formación de maestros aprovechando las muchas experiencias nacionales e internacionales. Con pura saliva es difícil. Se pueden hacer cosas, pero hay muchas carencias formativas y materiales.

—¿Qué opinión le merece que programas de becas y recursos que antes se canalizaban a través de la secretaría de educación ahora se dispersen a través de la secretaría del bienestar, cuyos siervos de la nación han sido blancos de críticas por el tema electoral?

—La corrupción es un cáncer que carcome la vitalidad social. Más grave aún, la impunidad. Hay que condenarlas siempre. Ese asunto no me preocupa tanto, si el dinero viene de aquí o allá. De dónde sale el dinero no es el problema. El problema de fondo es la concepción que alienta el diseño de las políticas públicas, en donde se fragmenta la acción pública que no puede ser parcelada, que tiene que ser evaluada y corregida cuando haya desviaciones.

Juan Carlos explica que la educación tiene que articularse con otras esferas de la vida social, con la salud, con las condiciones del desarrollo humano, el empleo, la cultura.

“Necesitamos políticas integrales para un problema que no es propiedad de una oficina u otra. Mientras persista esa concepción, no resolveremos el asunto de fondo.  También aquí hay un déficit en el proyecto educativo. Un país que no invierte en sus escuelas las condena al rezago, pero no a los edificios, sino a los maestros, a los niños, a las familias de los estudiantes, a la sociedad toda”, concluye.