CIUDADANOS RECHAZAN REELECCIÓN INMEDIATA DE DIPUTADOS Y SENADORES

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    Dentro de las principales reformas que se han propuesto y que están pendientes de aprobarse, la política es la que ocupa el último lugar en la escala de prioridades de la gente, pues sólo 4% la menciona. En tanto, 48% selecciona la de seguridad nacional

    La mayoría no recuerda la iniciativa de reforma política propuesta por el presidente Felipe Calderón y menos se conoce que el Senado aprobó algunas de las propuestas.

    Vista por algunos como la parte medular de la reforma política, la reelección inmediata de legisladores y de presidentes municipales es una propuesta que sigue sin contar con apoyo social.

    Hasta ahora, los promotores de la reelección legislativa no han logrado transmitir a la opinión pública los beneficios de su iniciativa en términos de mayor control ciudadano de los legisladores. En los últimos cuatro años el porcentaje de personas que se oponen a la reelección inmediata de diputados y senadores se mantiene sin variación: 63% está en desacuerdo

    En el caso de los presidentes municipales, la propuesta de reelección inmediata genera aún mayor rechazo; 70% está en contra de esa posibilidad

    Al mencionar los argumentos en favor de la reelección: mayor responsabilidad frente a los electores, más tiempo para hacer obras, y en contra: renovación de cuadros, en el caso de los presidentes municipales, el rechazo permanece, tres cuartas partes se pronuncian por no permitirla

    Otras propuestas de la reforma política que han sobrevivido en el proceso legislativo hacia su aprobación sí consiguen amplio respaldo popular. Por ejemplo, la posibilidad de iniciativas ciudadanas logra sólida aprobación con 87%

    De igual manera, la propuesta de las candidaturas independientes alcanza la aprobación mayoritaria de la opinión pública, con 63% lo mismo que la posibilidad de la consulta popular para decisiones importantes, con 89%.

    La idea de dotar al Presidente del derecho de enviar dos iniciativas de ley preferentes al Congreso para que obligadamente las dictamine y vote en un periodo de sesiones también logra acuerdo de la población (75%).

    La intención del PRI de promover cambios que permitan formar mayorías legislativas en el Congreso (la llamada Ley Peña Nieto) se topa con la falta de consenso en la sociedad en torno a la conveniencia o no de que existan gobiernos divididos.

    No hay una opinión claramente dominante a favor o en contra de que haya un Presidente de un partido y un Legislativo dominado por sus opositores. Si bien a 49% le parece perjudicial que el Ejecutivo no cuente con mayoría de su partido en el Congreso porque dificulta los acuerdos, a un porcentaje apenas menor, 42%, le parece preferible porque posibilita mayor debate.