CENSO POBLACIONAL

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

El mes siguiente  la nación hará un gran esfuerzo con la elaboración del Censo de población y vivienda 2020, ejercicio de cada diez años mediante el cual se averiguan aspectos relevantes de la economía, la educación, la cultura, la industria, el campo, la salud,   entre otros más. Millones de mexicanos contribuiremos a ese fin con la convicción de que no quede casa, empresa, o pequeño negocio sin censar en todo nuestro territorio.

Como bien lo dice el Inegi, la información captada, que estará disponible y ordenada a fin de año,  permitirá actualizar la realidad nacional gracias al uso correcto  de métodos infalibles como  la tecnología digital, de ahí que el producto obtenido será confiable para  que todas las investigaciones sociales  las políticas de gobierno  y los intereses de cualquier persona que quiera información,  estén fundamentadas con  datos reales y creíbles.  

Por ello, el Inegi insiste  en llamar a la colaboración social. Apunta que las preguntas serán sencillas, fáciles de contestar en una entrevista que no irá más allá de los 20 minutos y que en todos los casos, para abonar a la confianza, los entrevistadores se identificarán con una indumentaria apropiada, con su credencial y “con un modo de ser respetuoso”. 

A nivel Colima, el coordinador del Inegi informó que participarán unos 800 entrevistadores y 1,300 personas  en general en el total de puestos de trabajo y que harán el recorrido del 2 al 27 de marzo en lo que será una jornada extenuante. Como dato destacado, Octavio Grajeda Guzmán dijo que en el censo del 2015 Colima registró 711 mil habitantes. 

Un resumen ejecutivo previo al Censo del Inegi, apunta que estos inician desde la época prehispánica, “ cuando en 1116 los chichimecas realizaron un recuento de su población y, por otro lado, los aztecas llevaron un registro de los pueblos y provincias que les pagaban tributo. Hacia mediados del siglo XVI, los españoles llevaron a cabo la Suma de visitas de pueblos por orden alfabético, que consistió en un padrón de los habitantes de las tierras conquistadas. En 1882, se creó la Dirección General de Estadística, cuya reglamentación establecía levantar un censo general de los habitantes del país cada 10 años; en 1892 se efectuó en la Ciudad de México un censo piloto de población conocido como Peñafiel. En 1895 se llevó a cabo el primer censo de carácter nacional y, a partir de 1900, se han realizado cada 10 años a excepción de 1921, a causa de la Revolución Mexicana, creando, así, una larga serie histórica censal mexicana que consta de 13 operativos censales, dos conteos de población y vivienda (1995 y 2005) y la Encuesta Intercensal (2015)”.

Como ya lo apunté, aunque con otras palabras, los procesos censales en México han tenido variadas transformaciones a lo largo de los años, sobre todo derivados del uso de las tecnologías, lo que representa un reto dada la magnitud de la estructura de enumeración, aunque  tiene el potencial de aportar beneficios considerables, como: “la disponibilidad con mayor oportunidad de los datos captados en las viviendas, mejoras en la congruencia de los datos, potencial para un seguimiento del avance por entrevistador y el uso de tecnologías como el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés)”, entre otros.

Confiemos pues  en un buen ejercicio del Inegi para marzo próximo. Se ha ganado nuestra confianza siendo una de las instituciones con más credibilidad. Atendamos con respeto y paciencia a todos esos mexicanos que participan en esa jornada de más de tres semanas pensando que ese censo es muy importante para la vida nacional aunque muchos no valoremos de momento lo que significa saber qué hacemos  y cómo vivimos los mexicanos. 

No resulta ocioso afirmar que de esos resultados el gobierno hace uso para elaborar sus políticas públicas, y por ello el censo es estratégico. También lo es para todos, estudiantes, empresarios, investigadores, inversionistas, turistas, etc.

Hagamos las cosas bien y profundicemos más en conocernos como sociedad, pongámosle responsabilidad  a la elaboración del censo, pensando que así servimos al país pero también a nosotros mismos.