CARLOS GARIBAY SÁNCHEZ

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Por José Díaz Madrigal

Fue don Carlos Garibay, un hombre sencillo de campo, de aspecto corpulento y vigoroso. Vestía a la usanza campesina, camisa manga larga y un paliacate enredado en el cuello; además su infaltable sombrero michoacano de barbiquejo y adornado con una pequeña mota de finos hilos en la ala trasera. Carlos nació en el rústico pueblo de Coalcomán del vecino Estado de Michoacán. Por azares de la vida, a mediados del siglo pasado se vino con toda su prole a Colima, radicándose en la población de Tepames.En éste pueblo fue bien recibido por los lugareños, debido a su don de gente a su calidad de persona honrada y servicial, hizo numerosas amistades. Así pues, en su relación con amigos y conocidos era cuidadoso y observante de cumplir sus compromisos. De corazón le gustaban los asuntos políticos, afiliándose al Partido Acción Nacional, un año después de que fue fundado por Manuel Gómez Morín. Una vez que se asentó en la comunidad de Tepames, tenía su casa particular justo a lado del local que servía como Junta Municipal, invariablemente con funcionarios emanados del PRI. Sin importar este detalle, don Carlos mandó pintar en su propiedad unas letras grandes con las siglas azules del PAN.Corría el año de 1961 cuando se destapó por el PRI, partido oficial, la candidatura del Licenciado Francisco Velasco Curiel para contender por el puesto a gobernador del Estado de Colima. Una vez que Francisco Velasco amarró la candidatura, tenía el derecho a sugerir a la dirigencia nacional de su partido, los nombres de candidatos a diputaciones locales y federales.Para la diputación federal del primer distrito, Pancho Velasco propuso al doctor Enrique Brizuela Virgen, que de inmediato fue respaldado por los tres sectores del PRI: Agrario, Obrero y Popular. El doctor gozaba de simpatía entre el electorado, así que, en términos generales fue bien recibida su postulación.Para la misma candidatura federal, por parte del PAN, los directivos de éste partido, propusieron a Carlos Garibay Sánchez; que con gusto y buen ánimo aceptó el reto de ser rival político de Enrique Brizuela. Aquellos eran los tiempos en que el PRI se desenvolvía como una aplanadora electoral, poquísimas veces en cierto punto del país reconocía alguna derrota, puesto que las elecciones las controlaba el gobierno y éste y el PRI, eran una misma cosa. Donde no ganaban, a base de trinquete arrebataban el triunfo al candidato opositor.Con éste panorama, los dos contendientes se subieron al rin electoral. Los mítines políticos donde se presentaba el doctor, se hacía acompañar de la plana mayor del partido incluido el candidato a gobernador; demostrando arrastre y fuerza electoral, con sobrados recursos económicos aparte del apoyo gubernamental.Don Carlos sin amilanarse y como buen michoacano, no se amonó. Se le veía humilde y modesto pero entrón y aventado, haciendo campaña en poblados, rancherías y las barriadas de aquí de Colima; con poco presupuesto para sus gastos, buena parte del dinero salía de su propio bolsillo que lo traía bastante exprimido; de tal manera que las concentraciones en sus mítines, no eran tan abundantes como las del candidato oficial y, su comitiva se componía de algunos voluntarios de pura cepa panista.Con la franqueza que le caracterizaba, se quitaba el sombrero, agarraba el micrófono y con lenguaje de corte campirano, empezaba sus discursos con estas palabras: Aquí tienen parado ante ustedes, a un pobre ranchero que tiene el deseo de ser diputado federal; pero no como un logro personal sino para servir en el Congreso de la Unión a todos ustedes. Hoy estoy  aquí presente en esta reunión, para decirles que si cuento con el favor de sus votos y llego a la cámara de diputados; les doy mi palabra, me comprometo a chambear, en hacer gestiones ante el gobierno federal para solicitar obras y trabajos que me indiquen ustedes que son necesarias en nuestra comunidad.El primer domingo de julio de 1961, se llevaron a cabo las elecciones, por mera costumbre, todo mundo daba por ganador al doctor Brizuela. Se dieron resultados de los ganadores, menos el de Brizuela. Se empezó a rumorar que a éste no le favorecían los resultados. Además revisando su expediente, se leía que el doctor era un Católico practicante y, para el pensamiento del PRI y de los gobiernos salidos de este partido en aquel tiempo, tenía el significado de lo mismo que ahora dice Lopez Obrador: Conservador reaccionario, que no faltan a misa los Domingos.La jerarquía del PRI, estaba plagada de puros logieros fanáticos de la escuadra y el compás; representando una maldición que se les colara un Católico entre sus filas, llegó a decirse: También Carlos Garibay es Católico entusiasta, pero cuando menos él es auténtico sin pertenecer al PRI, y enarbola los postulados de su partido, el PAN, en cambio Brizuela nos engañó.El caso es que el asunto llegó hasta Lopez Mateos, que dio la orden de incluir a Carlos Garibay Sánchez en esa legislatura como diputado federal por el PAN, convirtiéndose así en el primer diputado por éste partido, representando a Colima, rompiendo con eso la dura tenaza del PRI.