AÑO NUEVO

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AMANECER POLÍTICO

Por: Felipe Díaz Cortez

Cada que termina un año, los mexicanos reflexionamos sobre lo que hicimos en todo ese tiempo para estar mejor y renovamos la esperanza de estar mejor en el que sigue.

Sin embargo, muy pocas personas hacen lo que deben de hacer para alcanzar sus metas y lograr sus objetivos, la mayoría nos rendimos a las primeras de cambio.

Dicen que, para hacer cosas mejores, no podemos seguir haciendo lo mismo, porque de ser así, los resultados serán los mismos, luego entonces hay que hacer cosas diferentes. Hay que dar un poco más de lo que ya dimos.

Ya nos dijo José Ortega y Gasset: “Soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Es decir, si no cambio, si no modifico mi entorno, voy a seguir igual que antes.

Todos, sin excepción, contamos con 24 horas al día, pero no todos las aprovechamos de igual forma, hay quienes prefieren perder el tiempo en cosas que en nada les van a ayudar para transformar su circunstancia.

Asimismo, en nada nos ayuda culpar a terceros de lo que nos pasa, ni hacer del “hubiera” una justificación para no transformar la vida que llevamos.

Cierto es que todo lo que nos pasa es por alguna razón, pero a veces nosotros provocamos o permitimos que nos pase, pero somos nosotros los responsables de todo lo que nos pasa.

Conozco personas que gastan la vida tratando de resolver asuntos que están fuera de su control y olvidan los que sí pueden resolver. Dicen que el 80 o 90 por ciento de las cosas que nos pasan quedan fuera de nuestro control y nada podemos hacer para resolverlas; sólo un 10 o 20 por ciento están bajo nuestro control y sobre las que debemos enfocarnos.

Mark Hughes, fundador de la empresa Herbalife, decía que entre más trabajaba, mejor suerte tenía y sin duda tuvo razón. Sin esfuerzo muy poco se puede lograr. No sé si recuerden una campaña publicitaria de una empresa de vinos que decía: “si las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las haría”.

Incluso nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador dice que para lograr cosas mejores hay que hacer cosas mejores y no se puede hacer mejores jarros haciendo lo mismo todos los días.

Hay que cambiar, hay que transformar nuestra circunstancia, pero para bien, no para mal, el camino incorrecto en ocasiones nos puede llevar a mejore niveles de vida, pero son muy cortos. Pronto terminan. Si no, pregunten a todas las familias que han perdido a alguno de sus miembros por andan en actividades peligrosas.

Pero no nos desviemos, aquí el asunto es que es necesario que modifiquemos nuestra circunstancia para cambiar el rumbo de nuestras vidas y esto no depende de terceros, sino de cada quien, de uno mismo y de nadie más.

A todas y todos mis lectores les deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.