América resurge de las cenizas

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*La Máquina deja ir una ventaja de 3-0 y cae 3-4 ante unas Águilas que aprovecharon la expulsión de Joao Rojas para ganar el Clásico. 

EXCELSIOR

Ciudad de México.- En 25 minutos, Cruz Azul tenía resuelto el partido contra el América. Como en la final del Clausura 2013, pero sin lluvia y en el Azul, no en el Estadio Azteca. Jugaba su mejor primer tiempo sin cometer errores y con un claro dominio con la pelota.

Chaco Giménez se vestía de héroe con un doblete (18′ y 21′), ‘El Gato’ Silva metía su tercer penalti (25′) y el paraguayo Jorge Benítez era el mayor genio, quitándose a cuantos defensas le barrieran.

Pero entonces, como aquella vez, los fantasmas, la tarjeta roja de Aldo Leao Ramírez y los goles de Oribe Peralta y Silvio Romero lo complicaron todo.

Dos partes desiguales en las que La Máquina pasó de ser una locomotora a un tren sin rumbo. Al fin y al cabo, la historia de siempre: un final increíble en el que un 3-0 a su favor, cambió de repente a un 3-4 en contra, en el último minuto de juego.

Golpes, reclamos, advertencias verbales… todo vino como consecuencia después del festejo visitante. Oribe, Romero (73′ y 90′) yPablo Aguilar (89′) sacaron adelante un partido que parecía perdido para el América, después de un comienzo gris, sin forma ni fondo. Mucho tuvo que ver la expulsión de Aldo Leao, pero Cruz Azul no volvió a llegar ni mostró la misma sangre en su afán de contener el resultado.

Con centros, la entrada de Renato Ibarra –quien se salvó de ser expulsado– y el desconcierto de Enzo Rico, Julián Velázquez y Julio César Domínguez, el mejor primer tiempo dirigido por Tomás Boy al frente del cuadro celeste se convirtió en anécdota.

Para los aficionados, que se dieron cita en gran número en el Azul, el partido no defraudó, ni en goles ni en intensidad de ambos equipos. No hubo siquiera tiempo para reclamos o peticiones de renuncia desde las gradas. Era un silencio sepulcral, rostros de incredulidad, de sorpresa, de indignación entre los que llegaron con la camiseta celeste. Mismo desenlace de aquella final en 2013.

De llevarse una goleada histórica de Cruz Azul, América guardó para los libros esta remontada que corrige el Clásico contra las Chivas y que sirve de preámbulo para celebrar el Centenario.

La Máquina confió en lo suyo sólo por 45 minutos. Manejó los tiempos, recuperó y atacó, y entusiasmó en el comienzo con su forma de juego.Después, se enfrió y pareció tener pánico de ser mejor que su acérrimo rival. Y así terminó perdiendo, en otro de los capítulos más inverosímiles de su historia reciente.