*En un partido de poco futbol, el América vence 2-0 al Saprissa en el estadio Azteca, para sellar su pase a las semifinales en la Liga de Campeones de la Concacaf.
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Ciudad de México.- América cerró su pase a las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf sin meter el acelerador a fondo, apoyado en un plantel secundario que apenas fue adornado con un puñado de sus jugadores estelares.
Anoche el equipo azulcrema se volvió a aprovechar de un menor Saprissa para ganarle 2-0 y dejar el global en un estruendoso 5-0. Y no es que haya dado una muestra de gran futbol, sino que su tarea fue simple: nuevamente inmovilizó primero a su oponente basado en su mejor trato al balón para después darle la estocada final. Siempre fue superior.
En la serie, el plantel costarricense no fue ese fiero rival que se crece frente a los equipos mexicanos, que utiliza todo su combustible y que presume ser uno de los grandes de la zona de la Concacaf. Contrario a su rica historia, dio visos de ser un rival menor, de que le espantó cruzarse con el campeón de la Liga MX.
El Saprissa no fue capaz de organizar un buen avance, al encontrarse con un campo minado por jugadores vestidos de azulcrema. Por si no bastara, puso en evidencia la poca armonía que hay en su interior, con las constantes discusiones que se vieron en la cancha, lo que lo llevó a caer en constantes distracciones.
Las Águilas requirieron unicamente llevar el partido con calma, sabedor de la pobreza del visitante, hasta encontrarse con la jugada que le diera la ventaja en el marcador. Sabía que no necesitaba esforzarse porque en cualquier momento se encontraría con una jugada de gol, producto de la fragilidad tica.
Así, en el minuto 43, se encontró con la acción que esperó tranquilamente. En una jugada a balón parado, el defensa Erik Pimentel bajó el balón a Daniel Guerrero para que lo mandara al fondo del arco, suficiente para irse al vestidor con el sentimiento de haber cumplido la tarea.
Aunque no lo necesitaba, Gustavo Matosas decidió meter a Paolo Goltz, Rubens Sambueza y Francisco Rivera con el andar de la parte complementaria en una decisión extraña por los riesgos que podían correr sus elementos. Igual pensó que con más jugadores titulares se repetiría una goleada como la obtenida en Costa Rica, la cual se fraguó tras realizar sus tres cambios, aunque no sucedió.
Rivera y Sambueza tuvieron un par de opciones para incrementar el marcador, pero no fueron capaces de definir de manera correcta cuando se enfrentaron con el cancerbero Daniel Carbajal. El joven estrelló su tiro y el zurdo voló el esférico cuando lo tuvo.
Aunque sí hubo una mejoría, el América sólo atinó a concretar una de sus opciones, la cual llegó en el minuto 80. En la acción, Rivera rescató un balón que se dirigía fuera de la cancha para mandar un centro raso que alcanzó a encontrar Osmar Mares para poner el 2-0, el que hizo más acorde el marcador en un feo partido en el Azteca.