Ahora sí, el llamado a la unidad

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Bitácora Reporteril

Por: César Barrera Vázquez

La presidenta Claudia Sheinbaum parece tomar distancia del estilo de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a pesar de continuar elogiándolo en su discurso. Mientras el expresidente gobernó de forma confrontativa, descalificando a la oposición y amenazando a adversarios políticos, Sheinbaum ha hecho un llamado a la unidad, marcando una diferencia sustancial.

Ahora bien, un llamado a la unidad implica gobernar de manera institucional, dejando de lado sesgos partidistas y promoviendo la coordinación con todos los actores políticos, especialmente con aquellos fuera de su partido. Tal enfoque es el núcleo de una democracia funcional y representa un cambio necesario.

Sin embargo, para que esta postura sea congruente, se deben reflejar cambios en el respaldo a las iniciativas de la oposición en el Congreso. Actualmente, estas son relegadas, como ocurrió con las reformas que eliminaron organismos autónomos y comprometieron la independencia judicial, permitiendo que los jueces sean designados por Morena. En ese proceso se impuso y no se escuchó a la oposición, ni mucho a menos quienes fueron los principales afectados.

Además, el discurso presidencial debe alinearse con esta idea de unidad. Si persisten narrativas polarizadoras, donde opositores son etiquetados como corruptos o conservadores, el mensaje de la presidenta carecerá de credibilidad. Para unificar al país, es esencial abandonar la retórica divisoria que caracterizó al sexenio anterior. Eso es lo esencial.

López Obrador dividió a la sociedad como ningún otro presidente en la historia reciente. Este es un problema que no existía con tal intensidad y que ahora afecta gravemente al tejido social. Por ello, el enfoque de Sheinbaum en la unidad es acertado, pero requiere cambios profundos en el estilo de gobernar.

Dos puntos

La unidad tampoco debe ser confundida con la sumisión. Trabajar en beneficio de México no significa renunciar a criticar políticas erradas. Señalar los daños de decisiones perjudiciales es indispensable para mejorar. La unidad necesita acciones concretas que fortalezcan las instituciones democráticas, respeten la diversidad de pensamiento y dejen atrás las prácticas polarizadoras. El llamado a la unidad de la presidenta Sheinbaum es necesario, pero su éxito depende de un cambio real, no sólo en las palabras, sino en la forma de ejercer el poder.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.