Llama la atención el número de accidentes registrados en los ingresos “clandestinos” o que no reúnen las especificaciones técnicas que se requieren y que son abundantes a lo largo de la ruta, aunque destacan los ubicados en el kilómetro 25 que da acceso a Zacoalco de Torres.
Más adelante, en el kilómetro 38, lugar en el que se ubica el puente de Teocuitatlán de Corona, los vehículos que salen de la autopista para evadir el pago de la caseta de Acatlán, se convierten en un verdadero riesgo y muestra de ellos son los dos accidentes registrados en la última semana, uno de ellos con saldo de una persona muerta, esto causado por unidades de carga pesada.
Al cruzar la cuesta de Sayula, existe otro ingreso clandestino, escenario de continuos percances, y lo mismo ocurre al menos en dos puntos del tramo comprendido entre Ciudad Guzmán y el crucero de Cuatro Caminos, también con reportes constantes de choques, muchos de ellos con saldo trágico.
A todo esto hay que agregar los robos a camiones de carga, como el ocurrido apenas este sábado 23, cuando sujetos armados sometieron al chofer y copiloto de una unidad que transportaba un cargamento de camarón, a los dos los dejaron atados en el monte, en las cercanías de Acatlán.
El riesgo que en uno de estos casos se suscite un enfrentamiento con agentes policíacos o de seguridad de las mismas empresas y que se involucre a usuarios de la ruta con fatales consecuencias, situación que obliga a tomar medidas especiales de vigilancia y en lo que compete a los ingresos clandestinos, clausurarlos de manera definitiva para evitar que sigan registrándose accidentes.