¿QUÉ ES MÁS DIFÍCIL, SER PIOJO O DIRECTOR TÉCNICO?…
Por: Jorge Martínez
¡Sepa Dios qué tan difícil es ser director técnico!, más aún cuando se trata de llevar las riendas de una Selección Nacional deslustrada, insustancial e inexpresiva. En teoría el director técnico es la figura paternal encargada de dirigir, instruir y entrenar a un equipo de futbol y por ende su capacidad está más que comprobada pues son líderes por naturaleza y de sus decisiones, estrategias, tácticas y consejos, dependen un grupo de futbolistas a los cuales deben motivar para alcanzar el empíreo.
Pero qué sucede cuando el gremio convocado luce sin idea, sin fondo, sin forma y sin espíritu… es fácil olvidar de repente, que los jugadores siendo atletas de alto rendimiento también son seres humanos con mil y un imperfecciones, las cuales los directores técnicos están obligados a corregir formando un engranaje en el que cada involucrado: jugadores, directiva y cuerpo técnico ponga de su parte, para que todo fluya de manera adecuada.
Pero ¡ojo!, siendo benévolos y sin el ánimo de excusar a nadie, hay muchos factores por los cuales los timoneles nacionales en los últimos lustros no pueden ofrecer resultados inmediatos. Por una parte los compromisos casados entre federativos y patrocinadores son un cáncer quiebra huevos, pues tanto técnico y seleccionados deben estar prontos, listos y a la orden cuando a las marcas se les ocurre disponer de ellos y sacarlos de concentración para grabar spots, novelas y comerciales.
Por otro lado, tomemos como referencia el tiempo real que tienen y/o tenían los directores técnicos para trabajar con su lista completa de convocados a partir del Mundial México 1986 y hasta la fecha. En ese sentido, nos queda claro que después de muchos años los momentos del Tricolor y sus estrategas han vivido momentos indiferentes, así mismo los asuntos federativos, comerciales y futbolísticos son eternamente distantes respecto a los actuales, pero hagamos un poco de remembranza: Bora Milutinović (1986), Mario Velarde (87-89), Alberto Guerra (1989), Manuel Lapuente (90-91, 98-2000), Luís Fernando Tena (1991), César Luís Menotti (91-92), Cayetano Rodríguez (1992), Miguel Mejía Barón (93-95), Ricardo Ferreti (1993), Gustavo Vargas (1999), Mario Carrillo (1999) y Enrique Meza (2000-2001, 2010), ¡hasta aquí! nuestro balompié azteca no exportaba tantos futbolistas y por ende todos ellos tenían más oportunidad, tiempo, congruencia, coyuntura y ocasión para concentrarse con sus electos el mismo día, a la misma hora y en el mismo lugar, dicho de otra manera, “los tenían a la mano”. Hoy el “Piojo” tiene 11 jugadores de 23 que participan en ligas europeas y para convocarlos ahora se les ruega y visita hasta la puerta de su casa, antes no.
Y si de por sí, ¡el perro es huevón y todavía le ponen tapetote!, ni hablar de las desemejanzas en materia de reglamentos y calendarios entre UEFA y CONCACAF, pues permiten a los “europeos” elegir el día y la hora de su llamado, incluso la aerolínea de su preferencia al fin y al cabo se saben seguros de su titularidad aun sin tener actividad en sus respectivos equipos.
Así es de complicado ser técnico hoy día y en tiempos violentos, más vale que Miguel Ernesto Herrera Aguirre agarre al toro por los cuernos, pues muchos aficionados y líderes de opinión ya le tienen sustituto en las figuras de Matosas (Atlas) o Caixinha (Santos).
En fin, resta un partido de preparación ante Honduras previo al arranque de la Copa Oro, donde el debut Tricolor será el 9 de julio contra Cuba, en el Soldier Field de Chicago; a partir de ese momento las horas están contadas, pues de no conseguir el boleto a la X Copa FIFA Confederaciones, a desarrollarse en Rusia del 17 de junio al 2 de julio de 2017, el “Piojo” tendrá que mudar de cabeza y con ello todas sus liendres… Entonces, ¿Qué es más difícil, ser piojo o director técnico? ¡Usted juzgue!
¡Sin que nos gane el sentimiento, hasta la próxima!