Lo inesperado fue que uno de sus integrantes –Luis Diego Amezcua, de 12 años— capturó la atención de prestigiados productores y fue invitado a representar un papel estelar en la obra El Cascanueces, en una compañía estadounidense. Esperan conseguir visas, permisos de los padres de familia y recursos económicos para que Diego emprenda el viaje en el mes de diciembre.
Sus trofeos resplandecen: son de un dorado luminoso, pero lo más importante es que se abrieron, y se seguirán abriendo, las puertas para los integrantes de esta agrupación infantil que “encantó” –según palabras de Juan Carlos Gaytán, director artístico—a los jueces y productores que participaron en este festival internacional. Con la ejecución de las estampas La Iguana, Los Calabaceados y La Culebra lograron colocarse en los primeros lugares; y adicionalmente, a los niños bailadores les otorgaron el Premio a la Excelencia.
En una presentación a los medios de comunicación, que tuvo lugar el miércoles pasado en la Escuela de Danza del IUBA, los niños presentaron las coreografías que los coronaron con el triunfo: sus pechos ya se agitan con la danza, se acelera su respiración con la pasión que le imprimen a los zapateados…aunque son niños, ya conocen a cabalidad el significado de palabras como entrega y compromiso.
La experiencia de vida de los 22 bailarines colimenses es invaluable: “Yo, por nada del mundo, me olvido de las caras que pusieron cuando se subieron al avión, cuando sirvieron la comida en el avión, cuando pasaron a migración, cuando vieron los edificios de Nueva York (…) en algún momento del viaje conseguimos ir a ver el musical Billy Elliot en el Teatro Imperial; aunque el espectáculo era de altísima calidad, yo estaba más emocionado viendo la cara de los niños”, compartió Rafael Zamarripa, quien –sin duda—goza viendo cómo se fortalecen, tras estas experiencias, las personalidades de cada uno de los integrantes del Ballet Folclórico Infantil.
Él considera que “los conocimientos que se adquieren a edad temprana van a permanecer con nosotros el resto de nuestras vidas”…así es que, por mucho que se esfuercen (aunque no habría razón para hacerlo), Los Niños de Colima ya no podrán sacarse de los huesos la capacidad de entregarse al folclor mexicano.
Juan Diego Gaytán Rodríguez, coordinador general de Extensión Universitaria, destacó finalmente que las metodologías de enseñanza instauradas en el Departamento de Danza del IUBA son estudiadas y replicadas en otros planteles, lo cual evidencia que se está formando a bailarines integrales.