Rincón de la Conciencia
Por: Antonio Valdés
Esta es una de las preguntas que hacen la mayoría las personas y creen
¿A qué hueles?, hay personas que huelen muy mal y lo peor de todo que son los últimos que se dan cuenta de su aroma tan desagradable, y siguen por el mundo despidiendo su hedor causando mucha incomodidad para quienes les rodean.
Afortunadamente hay personas que huelen delicioso. Tenemos una vecina que vive a dos casas de la nuestra, y desde que abre su puerta ya sabemos que va a salir, despide un aroma muy agradable. Mi mamá le dio a mí hermana mucho ajo para eliminar las amibas y obvio que olía a calles de distancia a ajo. El ex de una prima, trabajaba en una pescadería y tenía impregnado ese olor a mariscos. Tenía también una compañera en la universidad que era dueña de “Florare,” una florería muy prestigiada en CDMX. Resulta que inundaba con su aroma el salón de clases, ya que siempre traía con ella un ramo de flores diferente.
Recuerdo que cuando nos conocimos mi esposa y yo lo primero que hice fue olerla sin que se diera cuenta, pues olía a “mujer bonita” porque ella no usa perfume y se baña con jabón neutro, así que lo que estaba percibiendo era su “esencia”, la esencia de esa mujer que Dios me regaló. Tiempo después nos confesamos y ella hizo lo mismo conmigo.
El olor tiene un significado simbólico mencionado en varias partes de la Biblia, este tema nos lleva a explorar perspectivas sobre el olor para Dios.
¿A qué tenemos que oler los cristianos? ¿A Jean Patou, Donna Karan, Carolina Herrera, Christian Dior, Chanel, a iglesia, a Religión? O ¿a Cristo?
El aroma de Cristo transciende por medio de su amor, su carácter su personalidad y sus enseñanzas. Nuestro reto es manifestar esa fragancia en nuestras vidas diarias y trascenderlas.
¿Y tú a qué hueles?
¿A qué Hueles??
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.