40 años de investigación en la UdeC

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PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea

Hace exactamente 25 años, tiempo durante el cual daba clases de lectura y redacción en algunos bachilleratos de la Universidad de Colima, tuve una conversación con mi ahora compadre Juan Carlos Yáñez Velazco, entonces director de Educación Media Superior de nuestra máxima casa de estudios, sobre la necesidad de fomentar más el hábito de la lectura y de buscar mejores condiciones en ese ámbito dentro de ese nivel. Muy saleroso, yo le daba el santo y seña de lo que debía ser una buena guía para fomentar el placer de la lectura entre los bachilleres de manera efectiva y entonces él, con el entusiasmo que lo caracteriza para este tipo de iniciativas, me dijo que escribiera algo al respecto. Escríbete algún manual, me dijo. En un principio pretendí poner pies en polvorosa, pero después me di cuenta de que no quería que se me aplicara eso de más pronto cae un hablador que un cojo y entonces acepté el desafío. Yo era maestro por horas en el bachillerato y aunque ya era digamos un colaborador habitual del (desafortunadamente) extinto suplemento Cartapacios, del Ecos de la Costa, donde publicaba artículos sobre poesía, nunca me había embarcado en una empresa como esa, la cual me requeriría un esfuerzo intelectual mayor. Por primera vez empecé, pues, a investigar con tenaz  rigor y método sobre un tema específico y para dar respuesta a una necesidad que así lo exigía, que es en realidad la razón de toda investigación y conocimiento. El resultado fue, para no hacer el cuento más largo, un cuaderno titulado “La enseñanza literaria”, publicado por la misma universidad en 1999. Derivado de esta publicación vinieron charlas con estudiantes y profesores, presentaciones y entrevistas y lo demás ya es historia, pero lo que no es historia es que yo, incipiente investigador entonces, me di cuenta de que estaba entrando en un ámbito que si bien había empezado casi de manera fortuita, con los años se me iba a convertir en una real pasión y, en algunos casos, en una obsesión. La investigación es una de las funciones sustantivas, esenciales, de una universidad, y una universidad es, a su vez, el factor de desarrollo más importante de una sociedad, por eso me ha dado muchísima alegría que hace unos días se llevara a cabo el “Desayuno entre pares” para celebrar 40 años de investigación científica en nuestra institución. Este encuentro de investigadores, en el que estuvo presente el rector Christian Torres Ortiz, sirvió no solo para propiciar el diálogo entre la comunidad académica sino también para darle mayor visibilidad a un rubro (el de la investigación) al que no se le da la suficiente relevancia por parte del sector público y privado, de manera que llamar la atención sobre esto y empezarlo a hacer así en lo sucesivo traerá muy buenos dividendos para dicho sector de nuestra comunidad universitaria, porque esa es una de las más grandes fortalezas de nuestra institución educativa. Celebro, pues, esta convocatoria y el éxito que este encuentro tuvo y también el interés de las autoridades universitarias (el rector, la coordinadora de investigación científica, etc) por darle un lugar de prominencia a este rubro tan importante del quehacer institucional. Ojalá que vengan más.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.