Vivir la vida, de Sara Sefchovich

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Entre libros y café

Por José Luis Cobián León

“Las palabras hacen visibles verdades evidentes”. Rosalba Goettingen personaje de vivir la vida

Sara Sefchovich, asegura que el mundo fue creado para escribirlo en los libros, en ese sentido, estas vacaciones la recomendación sería agregar a las actividades, la lectura y con ello, viajar con la imaginación.

En “Vivir la vida” se narra la situación que vive una persona, cuando se da cuenta que ha vivido para los demás, pero no para sí misma, que ha aprendido, lo que los demás quieren, pero no lo que necesita y cuando quiere retomar su propio vuelo buscando nuevas expectativas, se queda sola, todos (su familia) le dan la espalda por considerarla rebelde y lo que ellos consideran fuera de los limites sociales, entrando así a un mundo desconocido, que la lleva a encontrarse con sucesos increíbles y muchos otros desventurados.

La historia da vida a Susana Martínez De Lara, una mujer ilusionada, que después de su boda se va a vivir a la ciudad de México, donde inicia la aventura con un hombre, su esposo, del que solo conoce su fineza y encanto.

El primer día de su boda: “¡Cuál no sería mi sorpresa al ver que mi flamante esposo, estaba profundamente dormido, con todo y los zapatos puestos! ¡y yo que no podía quitarme el traje de novia porque me arriesgaba a la mala suerte eterna, de la que me hablaba la abuela y la nana diciendo. -Acuérdate como le fue a Paquita-; no me quedó más remedio que tenderme a su lado y acomodar lo mejor que pude el largo velo que se me enredaba por todas partes junto a la ancha falda. En el día más esperado, el hombre de mi vida se había olvidado de mí, pensando en todo ello me quedé dormida, y para cuando abrí los ojos, ya la luz entraba de lleno a la habitación. Hacía mucho calor y yo sudaba, enredada en los metros y metros de seda y tul. Paco no estaba en la cama, en su lugar había una nota: Buenos días muñequita. Tuve que salir a trabajar. Volveré por ti a las ocho en punto para la cena de gala con el cuerpo diplomático. Muchos Besos.

Tuve que asistir con el vestido de novia, él ni lo noto, solo dijo, veo que te gusta el blanco muñequita. Una semana después yo seguía con el vestido puesto, ya hasta me había acostumbrado a él, todas las noches mi marido caía rendido como un tronco y todas las mañanas se iba muy temprano dejando la nota. Hablé con mi padre, pero solo se limitó a decir que era mi obligación esperar a mi marido y servirlo. La rabia me envolvió y utilizando las manos y las tijeras me arranque a tiras el vestido, pues era obvio que la mala suerte ya me había invadido y hui de mi hogar”

En esta obra de Sara Sefchovich, encierra aquella interrogante de ¿cómo se le hace para vivir la vida en este extraño México? Y llevarnos finalmente a la reflexión de: a lo mejor cada vez que somos, cada vez que hacemos por olvidar, cada vez que guardamos silencio, estamos eligiendo la manera de vivir la vida.

Michael Palmer, decía, que a veces tenemos que tocar fondo antes de que sepamos cómo disfrutar realmente, de la vida, por otro lado Fiódoro Dostoyevsky, expresó, que el hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías. Para que no quede nada en el tintero, entre libros y café.