Vida y muerte testimonio del escritor

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La Gaceta del Marqués

Por: José Luis Cobián León

A través de su poesía Nezahualcoyotl, expresó: “No para siempre en la tierra, solo un poco aquí”, precisando que la vida es tan corta que debemos valorarla, cuidarla pero sobre todo aceptar el final, con aquello muy mencionado pero poco entendido que es el amor, y esto sin duda es lo que nos legó Don José Emilio Pacheco Berny a través de sus grandes obras.

Su escritura, franca, clara, coloquial y de compromiso además de su sencillez lo inmortalizan como una gran figura, un hombre perteneciente a la distinguida generación del medio siglo junto a los extintos Carlos Monsivais, Sergio Galindo, Vicente Leñero, Sergio Pitol, entre otros grandes. También José Emilio, fue un gran poeta, novelista, ensayista, cuentista y traductor con una destacada labor historiográfica, periodística y política, que influyó en el mundo de la música y el cine.

Contribuyó con Alberto Isaac en “Mariana, Mariana”, con Arturo Ripstein en el guion de la película “El Castillo de la pureza”, con Vicente Leñero en “Las batallas en el desierto”; en la música, la Orquesta Sinfónica de Nuevo León adaptó su obra “El reposo del fuego” y Café Tacuba le rindió homenaje con “Las Batallas”. Entre algunos de sus premios están, Cervantes, Pablo Neruda, Ramón López Velarde, García Lorca y Xavier Villarrutia.

Entre sus libros poéticos podemos encontrar “Tarde o temprano”, “Los elementos de la noche”, “El reposo del fuego”, “No me preguntes cómo pasa el tiempo”, “Irás y no volverás”, “Islas a la deriva”, “Desde entonces”. De sus novelas, “Morirás lejos” y “Las batallas en el desierto”; y tres libros de cuentos: “La sangre de Medusa”, “El viento distante” y “El principio del placer”.

La periodista Cristina Pacheco, esposa de Emilio, tras su muerte expresó: “De ahora en adelante tengo que hablar en pasado de una persona que está muy presente en mi vida, no entiendo la vida sin él”, sin embargo afirmó que no se queda sola, porque en cada librería, en cada biblioteca, en cada café literario, encontrará a su esposo y está segura que también a sus hijas les pasará lo mismo.

Al respecto una de sus hijas, Laura Emilia, compartió que conociendo a su padre tras su muerte, pudiera imaginar escucharlo decir: “Perdónenme por echarles a perder su domingo”. Por lo anterior decirles aquello de amor, es apenas una palabra hasta que alguien llega para darle un sentido.

Libros sin costo para fomentar la lectura

Existen tres grandes personajes cercanos, un escritor llamado el Bicho Gardo, el poeta José Angerval y el Ingeniero Edgardo Argaéz, que mucho han hablado en sus libros de Colima, Manzanillo y sus alrededores, y que actualmente puedes descargar de la página “bichogardo.mx” en cuya portada aparece “Libros del Bicho Gardo y sus amigos”, los cuales podrás descargar sin costo con el fin de fomentar la lectura

Al buen Bicho Gardo su compadre heterónimo José Argenval lo describe hábilmente de la siguiente manera: Pertenece a la infantil del INAPAM y ha pasado su vida entre la selva tropical y los desiertos, el océano y los campos e instalaciones petroleras de refinación del país y Sudamérica.

Escritor de cuentos y novelas, cuya oficina-estudio es itinerante, en cualquier cantinucha de las afueras de alguna ciudad, haciendo labor social, al tratar de “ayudar” a las meseritas y psicoanalizar al cantinero, platicando y obteniendo anécdotas que luego escribirá. Es como encontrar a un amigo con el que charlar y compartir algunas vivencias comunes… y para alguna que otra mujer, es soñar…, al sentir que abre la puerta a ese ambiente secreto, de las pláticas que los hombres callan cuando aparece una dama.

José Argenval es compañero heterónimo de juergas literarias del Bicho Gardo y el Ingeniero; quienes aseguran nació en la penuria del abismo, pero no recuerdan el lugar. Huérfano de familia y protegido por los dioses olvidados, creció extraviado entre los bosques de Rilke y la esclavitud cardiaca de las estrellas de Pessoa. No pretende trascender, ni siquiera sobrevivir, sólo escribe para él, por el simple gusto de expresarse.

El Ingeniero Edgardo J. Argaéz Valencia, nació en la ciudad de Mérida, estado de Yucatán, entre Jaranas y Trova. Desde los seis meses de edad vivió en refinerías y campos petroleros, escuchando a diario, historias, problemas, anécdotas y emergencias relacionadas con dicha industria, convirtiéndose con el tiempo, en un Ingeniero Químico de tercera generación petrolera, hasta alcanzar puestos directivos en la Institución Nacional.

A la fecha, continúa siendo petrolero, pero de la iniciativa privada, adelantándose desde hace más de 30 años, al futuro de la industria. Durante este período, creó empresas, dio conferencias, cursos y asesorías, tanto en el ámbito nacional como internacional, siendo actualmente asesor y perito especialista en siniestros industriales así como en juicios judiciales de obra pública; considerado en su momento por ARPEL “Asistencia Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana” como experto en Operación de plantas de proceso, e igualmente, en Inspección Técnica y Seguridad Industrial.

Fundó y presidió la Sección del Estado de Hidalgo del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos A.C. Ha escrito libros al respecto de unidades y equipos de proceso; su operación, fabricación, inspección técnica y cuidados de los mismos, dentro de la normatividad internacional. Y por supuesto compadre heterónimo del Bicho Gardo y el poeta José Argenval.

Finalmente, los invito a acercarse más a fondo a estos escritores y a leer sus obras que sin duda disfrutarán. Para que no quede en el tintero, comentarios: [email protected]  CUIDEMOS EL MEDIO AMBIENTE, Gestión Integral Ambiental.