Victoriano Huerta, Entre la Ambición y el Patriotismo: Ortoll

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    Para Ortoll, esta investigación, son apuntes para reconstruir la biografía de Victoriano Huerta, un antihéroe en la historia oficial mexicana, pero un hombre que se percibía a sí mismo como un pacificador ante la anarquía imperante en el país.

    LA DIMENSIÓN INTERNACIONAL

    Ortoll, doctorado en sociología histórica por la Universidad de Columbia, puntualizó que este trabajo de investigación  “representa realmente lo que sucedió en 16 meses, en que estuvo Victoriano Huerta de presidente de México, y mi aportación al estudio de Huerta, precisamente, es ver  la dimensión internacional, es decir no hay que ver a Victoriano Huerta como alguien producto de México que gobernó solamente para México sino que, gran parte de su trabajo fue pelear por mantenerse,   contra Carranza,  Zapata incluso contra Orozco, sino contra Estados Unidos”.

    Refirió que otro documento muy interesante, es un telegrama que mandó Victoriano Huerta al embajador alemán para México y Estados Unidos que vivía en Washington y que dice lo siguiente: “Estoy  prisionero y mi familia que se compone de 30, 35 personas que están en la ciudad de El Paso, no tienen garantías de ningún género, deseo saber si el gobierno de su majestad imperial, que tan dignamente preside usted en Washington puede hacer el favor de amparar a mi esposa e hijos, pues los representantes de la justicia federal americana no los dejan en esta ciudad ni dormir ni comer, y allanan cuando quieren mi hogar“.

    En relación con la muerte de Madero,  precisó Ortoll, que Victoriano Huerta, en febrero de 1913 escribió: “Al presidente de la república y sus ministros, los tengo en mi poder en Palacio Nacional, con carácter de presos, este acto mío ruego a su excelencia se sirva interpretarlo como la manifestación más patriótica del hombre que no tiene más ambiciones que servir a la patria, sírvase su excelencia interpretar en la forma que respetuosamente le suplico, un hecho que no tiende más que a restablecer la paz en la república y asegurar los intereses de sus hijos”.

    Puntualizó Ortoll que “los dos Victorianos  Huerta eran como dos personalidades distintas,  a veces una era más poderosa que la otra, una era la ambición de ser presidente de la república y la otra el ser el patriota, a veces se combinaban las dos de manera extraña”.

    “Una de las cosas interesantes es de que primero estaba Henry Lane Wilson el embajador americano, tratando de salvar a Madero pero ya las noticias iban y venían totalmente anárquicas y caóticas, Francisco I. Madero y José María Pino Suárez fueron muertos al ser conducidos a la penitenciaria, otra vez traicionados por la guardia”.

    OTRAS VERSIONES DE LA MUERTE DE MADERO

    “Los representantes de los Estados Unidos e Inglaterra piden informes del trágico fin de Madero y Pino Suárez duele leer esto porque esto sería la historia oficial si Huerta se hubiera quedado con la presidencia, cuando los vio alguien acosados por las balas enemigas y ocultaron sus cuerpos tras los autos, los prisioneros de un salto prefirieron huir cayendo instantáneamente muertos. Esta versión no ha sido generalmente aceptada, sin embargo nada tiene de inverosímil cabe perfectamente en los límites de lo posible”,  expresó Servando Ortoll.

    “ Otro grupo de madereristas habían tratado de lanzar a sus dos principales caudillos sin conseguir otra cosa que satisfacer una necesidad nacional, imagínense los libros de texto de tercer año que dijeran: “que mataron a Madero y Pino Suárez para satisfacer una necesidad nacional”. La muerte de los señores Madero y Pino Suárez que rescató José Manuel Rojas era necesaria para la defensión del país, sin embargo es muy triste pensar que solo por este sendero podríamos volver algún día a ver la paz en nuestro país. Además de los libros de texto actuales quiero decirles, que hay muchos autores sobre todo extranjeros que no están convencidos que Huerta  que haya ordenado la muerte de Madero”, expresó Ortoll.

    En esta perspectiva,  Ortoll   apuntó que “Alfonso Taracena escribió otra cosa, que Huerta salió de una conferencia que hubo el 17 de febrero, anterior al llamado pacto de  la embajada, salió de ahí  molesto con quienes decidieron la suerte de Madero; agregó Taracena que el general Aureliano Blanquet ordenó los asesinatos aconsejando que se ejecutaran a espaldas de Huerta, hubo una reunión anterior a la reunión de la embajada y ahí se decidió quien iba a matar”.

    Señaló el conferencista que lo anterior, coincide con lo que aseguró “ Andrés Molina Henríquez, quien dijo rotundamente que Huerta no fue el autor de crimen, Mariano Cuevas, aseguró que no se ha probado que Huerta participara en el asesinato de Madero, José Ramos Ugalde, dice que aparentemente Blanquet y Mondragón fueron directamente responsables de los asesinatos, que más da,  o si no que la culpa por los asesinatos debía colocarse solo a los pies de Félix Díaz y a Manuel Mondragón, hay otros tres que concilian que fueron quienes ordenaron el asesinato, Félix Díaz quien fue quien organizó la conjura, Manuel Mondragón y el tercero el general Aureliano Blanquet;

    “Yo de lo que he leído, no estoy convencido de que Huerta haya ordenado el asesinato de Madero”, expresó finalmente Ortoll, ante un selecto público, entre los que hubo destacados universitarios, historiadores e intelectuales, como Carlos de la Madrid Virgen, Ernesto Terríquez, Noé Guerra Pimentel, José Miguel Romero de Solìs, José Mancilla, María de lo Ángeles Rodríguez, Jesús Jiménez, Avital Bloch, Jesús Muñiz, Patricia Valencia, Raúl Juárez Albarrán, Rubén Carrillo, entre otros.