VIACRUCIS MORENISTA

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Un verdadero viacrucis está resultando para la 4T la selección de perfiles para ocupar cargos públicos importantes. Recientemente, fueron obligados a renunciar dos funcionarios del Conacyt porque no reunían ni de lejos los perfiles requeridos pero en vez de aceptar el error, Amlo dijo que las protestas de la comunidad científica provenían  de la mafia,  “porque ahí también existían”. Aquí viene lo trágico del asunto:  a cualquier crítica que se le hace por sus  gestiones,  controvertidas al menos algunas de ellas, le compete la  descalificación  inmediata y todo viene siendo culpa de las mafias y de la “clase fifí”. 

No es fácil administrar un triunfo político como el de Amlo. Tiene que cumplir compromisos de una campaña de 18 años, si, pero eso es una cosa y otra enviar a Secretarías u organismos descentralizados  o autónomos a allegados solo por corresponder a sus lealtades. Se los van a regresar uno tras otro si continúa enviando morralla intelectual.

El último episodio, que ganó muchos memes, fue el ocurrido en el ámbito energético cuando se seleccionaba de entre doce aspirantes  al titular de la Comisión reguladora de energía. En ese grupo, se devolvió  a varios de ellos por no tener perfiles adecuados. Pero el colmo fue de Jorge Amaya Mendivil, quien cuando se le inquirió qué era un CEL en el Senado, dijo que era un celular. Muy orondo, levantó el aparato con una cara de satisfacción ante tan difícil pregunta, pero la verdad es que se trataba, se le explicó, de la abreviación de las siglas de los Certificados de Energía Limpia. Otra aspirante más dijo que se interesó en el cargo porque” vio la convocatoria en internet”.

Independientemente de la chunga que este tipo de cuestiones provoca, hay cierto escepticismo en algunos círculos de la política en los que se afirma que Morena está pareciéndose cada vez más al Pri, que hay un “PRIMOR”, constituido por la alianza entre dos fuerzas que desde hace buen rato se han puesto de acuerdo para sacar asuntos varios en el congreso federal y en algunas entidades, ante la expectativa tristona de quienes conformaban el “PRIAN”.

Al respecto, López Obrador ha afirmado que el gobierno no es una entidad para albergar a los cuates y compadres  cuando se alcanza el poder, y que eso no ocurrirá, pero esto es nada más de palabra. Por estos días, el presidente trata de colocar a la esposa del empresario Robbiot, íntimo  amigo suyo, como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo perfil si le alcanza para aspirar al cargo, pero que genera dudas acerca de la independencia con la que pudiera hacer su trabajo.

Hay otra afirmación chusca en los pasillos del poder: si tienes un amigo y le quieres dar chamba por favores recibidos o por afectos fuertes y no tiene capacidades reconocidas, mejor mándale el cheque a su casa y hará menos daño.  Pienso que el buen político no debe exponerse a ser exhibido como un incapaz de seleccionar a gente experta en cada ramo.

Buen consejo es este, y gratis. No debe haber confusiones. Nadie discute que un presidente o un gobernador tengan  amigos, que los tengan .por miles si así  se sienten dichosos, pero que no confundan  el aprecio personal con la capacidad profesional y el sentido de  responsabilidad que debe regir la actuación de los nuevos invitados a la nómina.

De seguir ocurriendo   estas prácticas o actitudes abusivas en el ejercicio del poder, las confusiones que genera ciertos nombramientos dará razones de sobra  para pensar que Morena es el viejo Pri, tal como lo afirmó la semana pasada el político meticuloso que es Fernando Moreno. 

Al menos eso puede deducirse sobre el besa manos que la clase política del Pri le hizo al diputado federal morenista Mario Delgado Carrillo, quien no se apareció nada más porque si en Colima. Se le pusieron de alfombra, casi. Sus gestos, que dicen mucho en política, lo pintan como  un político interesado en la sucesión gubernamental colimense. Puso nerviosos a los demás aspirantes de Morena. De hecho está en campaña y opaca a otros protagonistas de Morena que también tienen su corazoncito, como Indira Vizcaíno, la senadora Graciela de la Mora o Joel Padilla. Ha de pensar Mario que tiene a tiro la gubernatura de Colima, sobre todo por el apoyo manifiesto que le brinda su gran amigo el gobernador Ignacio Peralta, que se aprecia como un simpatizante más de su causa. En política lo que parece ser, es.

En fin, que brille la luz y la política se encamine mejor. México merece excelentes servidores públicos, no a improvisados que quieren sacar raja por afectos personales.