Vacunas de aire

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Por: Francisco Pérez Medina.

Esta terrible pandemia, ha sido dolorosa para todos, principalmente quienes perdieron la vida, sin tener la oportunidad de ser atendidos oportunamente en el sector salud; bien porque no tuvieron un espacio en algún hospital público o porque, aun siendo atendidos, no tuvieron la atención pertinente para resistir el virus. Oficialmente son 204, 985 mexicanos quienes fallecieron y, aunque a la autoridad responsable de atenderla le moleste que se diga cuántas personas perdieron la vida, éstas no se pueden ocultar. 

Desde hace un año venimos padeciendo un cambio radical en nuestra forma convencional de convivir y realizar las actividades que, hasta hace meses, era considerado como “normal”. No exenta de retos, ni dificultades, pero nunca comparadas con los que se tienen como consecuencia del Covid19.

La noticia, al final del año, sobre el desarrollo de los laboratorios de contar por fin con las vacunas para combatir la pandemia, causó esperanza y expectativa. En nuestro país, se hizo de manera muy particular, debido a una serie de propaganda gubernamental que, en los hechos, ha mostrado de qué está hecho este gobierno.

Primero de difundió la recepción de las vacunas como si se tratara de una recepción de jefe de estado, la primera vacuna a una enfermera durante las fiestas navideñas proyectada en el espacio de difusión de las mañaneras, una calendarización en la que especificaba con precisión las fechas en que estarían inoculados el personal médico y los adultos mayores, múltiples anuncios sobre cantidades de entregas de distintas empresas, presumiendo que éramos uno de los países que ya habían adquirido, otra, discordante en la que el presidente informó que cedía esas vacunas para los países más necesitados y, otra aún más contradictoria en la que pedía a la ONU ayudara para conseguir más vacunas; también se hizo difusión de llamadas entre el presidente de nuestro país y el de Rusia para comprometer una cantidad de elaborada por ese país, así como con nuestro vecino del norte, a quien le solicitó una cantidad de vacunas a cambio de ayudarle con el paso de inmigrantes por la frontera sur y, para concluir, la apertura de una página de internet para el registro que no sólo no resistió, sino que nunca sirvió para agendar a las personas que lograron registrarse.   

Lo anterior, por sí mismo, ha causado criticas por la manera en que el gobierno ha reaccionado. Pero lo que más ha indignado a los ciudadanos es ver cómo, esta semana, en varios videos que se difundieron por los familiares, se demuestra que les han inyectado nada, NADA de nada: aire y el piquete.

Si la crítica a los anteriores gobiernos por inyectar agua a los niños con cáncer estaba fundada por   inhumana, que este gobierno inyecte aire, les convierte no en iguales, sino en peores. Acorralados al ser descubiertos, llevó a la reacción del presidente -muy predecible- a decir que era un montaje de la oposición. En lugar de reconocer el error e iniciar una investigación para evitar que se repita, dejó la sospecha de que, en realidad, es una práctica que ha sido frecuente. Así estimado lector, si usted va a vacunarse o lleva algún familiar a que lo haga, por favor, verifique que no que le inyecten aire.  

Salida

  1. Comienzan las campañas de los candidatos locales, ¿usted ya evaluó la congruencia entre el decir y el hacer de cada opción? Es mejor hacerlo, no vaya siendo que les prometan bajar la gasolina a 10 pesos, y ya en el poder, ande por los 22.
  2. Parece que, a quienes les quitaron el discurso contra el partido institucional, es el mismo que, en esta elección, tiene entre sus candidatos a varios que allí tienen su origen: una candidata a diputada por Manzanillo, uno por Tecomán, a un suplente del distrito de la parte norte del estado, una a la alcaldía de Colima, a la de Comala y otra más en la alcaldía en Cuauhtémoc. No son diferentes: son los mismos.
  3. El presidente se resiste a vacunarse, sin medir que, su negligencia, es el peor ejemplo para los ciudadanos que le siguen ciegamente.