TV AZTECA: LA DESAFIANTE EXIGENCIA DE REGRESAR A LA ESCUELA

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Por Rogelio Javier Alonso Ruiz* 

“Se lo decimos con todas sus palabas: ya no haga caso a Hugo López-Gatell”. Ese mensaje se emitió en el noticiero estelar de TV Azteca, a pocas semanas de iniciado el confinamiento para disminuir la propagación del coronavirus, desestimando así la información que el subsecretario de Salud presenta diariamente a los mexicanos sobre los casos de contagios.

Se presentó al funcionario como un mentiroso confeso: “ha aceptado sus falsedades”.  

Seis meses después, mediante algunos reportajes en diversos espacios noticiosos (conducidos por Javier Alatorre y Alejandro Villalvazo), la televisora del Ajusco ha criticado una de las medidas más importantes para la contención de la pandemia: la suspensión de clases.

Calificaron como aferrados al ya mencionado Hugo López-Gatell y Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación, en su decisión de mantener cerradas las escuelas.

Se cataloga pues, prácticamente como un berrinche de dos personas, la decisión de mantener cerradas las escuelas. Se ha invitado además a desoír a las autoridades sanitarias y a rechazar una de las medidas centrales de la estrategia contra la enfermedad. 

Pasando al contenido de los reportajes, para ilustrarlos se emplearon imágenes de una escuela colombiana (¿promedio?), las cuales no pueden ser más alejadas de la realidad de la mayoría de los planteles mexicanos: lavabos móviles activados por medio de pedales, despachadores automáticos de jabón y gel antibacterial, comedores divididos por láminas de acrílico, termómetros infrarrojos,  aulas equipadas con conexión en tiempo real y monitores para los alumnos que no están en la clase presencial, etc. Así como en muchos anuncios publicitarios se incluye la advertencia “se vende por separado” al observarse productos adicionales al promovido, bien hubiera valido la pena que en el reportaje se añadiera alguna leyenda similar.  

¿Por qué no ir a una escuela mexicana, común y corriente, a grabar lo seguro que sería regresar a ella? Si bien la reducción de riesgos no radica únicamente en la infraestructura física, sino además en la organización, el reportaje soslaya carencias materiales escolares para cumplir con una condición básica que la OMS (2020) plantea para un retorno seguro a clases: “higiene de las manos y las vías respiratorias” (p.5). De acuerdo con el INEE (2019) sólo el 60% de las escuelas preescolares tienen agua entubada todos los días, mientras que, según la percepción de uno de cada tres maestros de primaria (31%), su aula no tiene condiciones de ventilación adecuada y es pequeña para el número de estudiantes que alberga (INEE, 2016). Sobre esto, la UNESCO (2020) ha señalado como una acción condicionante para la reapertura “elevar el porcentaje de escuelas que cuentan con agua potable, estaciones para el lavado de las manos [y] suministros de aseo” (p.3). 

Llama la atención que los reportajes presentados por TV Azteca sean tan categóricos al descalificar el cierre de escuelas cuando ni siquiera las instituciones sanitarias internacionales han logrado un consenso en torno a la relación entre la asistencia a la escuela y los riesgos de infección.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del documento COVID-19. Regreso seguro a la escuela, reconoce que la trascendencia de los planteles educativos en el contagio del virus “está más relacionada a eventos sociales ligados a la vida escolar o universitaria, que a los salones de clase” (2020, p. 2). En cambio, en Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) (2020), han determinado que “cada vez hay más evidencia que los niños de cualquier edad son susceptibles a infectarse por SARS-CoV-2 y pueden contribuir a la transmisión”.

Por su parte, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), señala que “es difícil evaluar el verdadero impacto del cierre/apertura de escuelas en la transmisión del SARS-CoV-2 dentro de la comunidad desde el entorno escolar en sí” (2020, p. 13), además de indicar el inconveniente de que “muchos países no estén probando casos asintomáticos [como lo son buena parte de los menores infectados], por lo que es difícil detectar o comprender la transmisión entre niños y maestros” (p. 13).  

Los reportajes presentados por TV Azteca toman a Italia como ejemplo del regreso a clases seguro. Sin embargo, omite un dato significativo al no mencionar que su pirámide poblacional es prácticamente invertida a la mexicana: el grueso se concentra en los adultos y ancianos, mientras que es escasa la población infantil y juvenil, exactamente lo contrario que en nuestro país.

La diferencia de la población de niños y jóvenes es de prácticamente el doble en términos proporcionales (22% a 43%), mientras que en cifras absolutas no existe siquiera punto de comparación, pues hay aproximadamente 55 millones de mexicanos de 0 a 24 años, por 13 millones de italianos (aunque no necesariamente todos asistan a la escuela). Así pues, los riesgos por movilidad, no sólo en las escuelas sino en sus alrededores, que implicaría la reanudación de actividades escolares en un país y en otro no pueden ser equiparados.  

Sin duda los conductores que presentaron los reportajes tienen razón al apuntar algunos de los defectos de la estrategia de educación a distancia, coincidiendo con lo que ya incluso ha señalado la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), al advertir la imposibilidad de concebir a la casa como escuela y a los padres de familia como maestros, propiciando esto dificultades para el aprendizaje efectivo de los alumnos. También son indiscutibles los daños físicos y emocionales que conlleva, en la población infantil y juvenil, el cierre de escuelas. Los testimonios presentados en los reportajes sobre los padres de familia argumentando su dificultad o incapacidad para enseñar también son fieles a la realidad. Queda fuera de cualquier duda además que la pandemia significará, en cualquier parte del mundo y no sólo en México, un golpe al logro educativo.  

Pero lo anterior, a pesar de su importancia, no debe ser motivo para presionar a una precipitada reapertura de los recintos escolares. El contenido de los reportajes presentados por TV Azteca pareciera que contribuyen a una toma de decisiones desinformada, ignorando (u ocultando) buena parte del paisaje educativo mexicano, y, lo que es más grave, invitando de manera indirecta a menospreciar las indicaciones sanitarias oficiales. Desafortunadamente, el aprendizaje, si bien no se puede negar que es la misión que da sentido a la escuela, no es el único factor en la ecuación del regreso a clases. Los indiscutibles beneficios de la educación presencial no pueden ser disociados de los riesgos que conlleva asistir a la escuela en contextos como el mexicano.  

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.  

Twitter: @proferoger85