TRES AÑOS

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AL DESNUDO

Por: Édgar Rodríguez H.

Este lunes 11 de febrero, José Ignacio Peralta Sánchez cumplió tres años de haber rendido protesta como gobernador del estado de Colima, y al igual que en aquél entonces, continúa gobernando con un Congreso del estado dónde la mayoría de los diputados no es de su partido el Revolucionario Institucional.

Cuando JIPS asumió el gobierno tras los comicios extraordinarios, la 58 Legislatura arrancó en octubre de 2015 con 11 diputados del PAN, el PRI con 9, Movimiento ciudadano con 2, PVEM con uno, el PT con uno y el PANAL con uno. Hoy, en la 59 legislatura su partido el PRI está peor que nunca con tan sólo 3 diputados plurinominales. Esta conformación de poderes, antes pero más ahora, ha obligado a al gobernador a debatir para lograr acuerdos con los actores políticos diferentes a su partido.

Hoy nadie puede negar que hay pluralidad política con equilibrio de poderes que impiden el encubrimiento o la falta de transparencia en las acciones de gobierno. Al ejecutivo estatal, se le ha criticado e incluso acusado desde la tribuna legislativa en donde MORENA cuenta con la mayoría de curules. Sin embargo, todo ha quedado en eso, en acusaciones sin fundamento principalmente provenientes de políticos de oposición.

Ante la falta de argumentos para descalificar el gobierno de JIPS, a sus detractores no les ha quedado de otra más que insistir en el flagelo de la inseguridad que prevalece en el estado al igual que en todo el país derivada de los enfrentamientos que mantiene la delincuencia organizada provocando el aumento de las cifras de homicidios dolosos.

A Colima se le ha querido catalogar como un estado donde la inseguridad impera, como un lugar en donde nadie está seguro ni puede salir a las calles, pero la realidad es otra. Es cierto que hay inseguridad, que hay robos a casas habitación, que hay feminicidios, que hay robos a negocios y de vehículos, flagelos que por más que se combatan no van a dejar de existir a menos que al estado se le encierre en una burbuja de acero.

Por un lado, existen las voces críticas que aportan y contribuyen en la búsqueda de soluciones, pero por el otro están las voces opositoras, las de políticos que con tal de hacerse notar crean un ambiente de incertidumbre.

Si tan mal estuvieran las cosas, entonces no se podría entender el por qué la gente acude y abarrota los espacios de diversión nocturnos o acude masivamente a los eventos o los espacios públicos donde el gobierno o los ayuntamientos organizan eventos como el “Sabor a Fest”, el “Festival Internacional del Volcán” o las mismas fiestas que año con año, por tradición, organizan los municipios.

A JIPS, es verdad, le falta mucho por hacer, pero es con diálogo y colaboración permanente de todos los poderes y órdenes de gobierno, así como de los actores políticos y sociales como se podrá transitar a un mejor Colima.

Hoy JIPS tiene que trabajar con un gobierno federal diferente al que inició, le ayuda el que desde el inicio de su gobierno se abocó a limpiar el desastre financiero heredado por su antecesor Mario Anguiano Moreno, pero a partir de este año la estrategia para cumplir con los compromisos tendrá que ser otra, más eficaz sobre todo si quiere que su partido conserve la gubernatura, recupere espacios municipales y más curules en el legislativo, y hay que decirlo, la tarea no es sencilla.

 Se dice que…

*En lo que resta del gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez, como ya lo ha venido haciendo, tendrá que continuar realizando los ajustes necesarios en su gabinete, todo con el propósito de mejorar lo que se requiera para cumplir con todos los programas y obras para el estado.

*A partir del tercer informe de gobierno de JIPS, rendido el pasado 1 de octubre de 2018, también inicio inició una nueva etapa para su administración que vendrá acompañada de mucha crítica por parte de sus adversarios políticos, mucho más dura que la que le invirtieron durante sus primeros tres años justificada o injustificadamente.

*Hay rubros en los que por más que se diga lo contrario, como el administrativo, educativo, económico o el cultural y turístico, el gobierno de JIPS ha avanzado, incluso en el de seguridad, aunque falte mucho por hacer.