Transparencia, fundamental en una huelga de hambre seria: profesor de la UNAM

0

Redacción|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.-  Para que una huelga de hambre sea considerada seria debe reunir al menos tres requisitos básicos: contar con la supervisión de un organismo humanitario como la Cruz Roja Internacional, tener el acompañamiento de alguna comisión de Derechos Humanos y dejar que los medios, sobre todo los de otros países, conozcan el lugar de la huelga y a los huelguistas.

Esto dijo Enrique Larios, abogado litigante y profesor de la UNAM y del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) en entrevista y en un curso previo sobre Derechos Colectivos de los Trabajadores, que impartió como parte de uno de los módulos del Diplomado en Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima.

Tales requisitos son indispensables, explicó, para que ese tipo de manifestación no sea considerada una “huelga falsa”, esto es, “de las que se dan para presionar y obtener beneficios indebidos”. El paradigma de las huelgas serias, recordó, es el de los judíos perseguidos por la Inquisición: “En vez de esperarse a morir en la hoguera meses más tarde, para servir de escarmiento público, algunos judíos preferían morir de hambre en sus celdas que morir quemados en leña verde en los escenarios dantescos de la Inquisición”.

En México, comentó, ha habido huelgas de hambre muy serias, como fue la de un grupo de trabajadores del SME (Sindicato Mexicano de Electricistas) que duró más de 80 días pero fue acompañada por la Cruz Roja Internacional, organizaciones de la sociedad civil, por visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del DF y por los visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, así como medios de comunicación locales e internacionales. Gracias a eso lograron que el propio gobierno de Calderón ordenara la toma de nota de su directiva sindical.

Otro huelguista serio fue el Dr. Edur Velasco, quien se plantó fuera de la Bolsa de Valores de la Ciudad de México para que el gobierno aumentara el presupuesto de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM): “Lo logró, pero quedó muy afectado de su salud”.

Para saber si una huelga de hambre es falsa o no, el académico recomienda conocer a fondo quiénes son los huelguistas y qué persiguen: “No hay que olvidar que en última instancia este tipo de manifestación pone en peligro un derecho humano de los trabajadores, que es la vida”, enfatizó.

Sin embargo, debe procurarse que el objetivo que persiguen quienes la promueven sea el beneficio de la colectividad, de la comunidad, “porque también se pueden perseguir cosas mezquinas”.

Él llama a quienes emprenden una huelga poco seria “simuladores”, gente que dice estar en huelga, “pero que cena muy bien y que no deja pasar a organismos como la Cruz Roja Internacional ni a los medios. Porque la Cruz Roja Internacional puede decir si es en verdad una huelga de hambre o no, y si lo es, tiene la obligación de dar, además de su acompañamiento, asistencia médica”.

Debe cuidarse el aspecto serio de una huelga de hambre, dijo, para que no pierda su efecto como medida de presión. Ya que si es tomada a broma, la sociedad desconfiará de esta clase de acciones. “La transparencia aquí es fundamental. Si es una huelga de hambre transparente y se le permite a los medios de comunicación el acceso, porque no hay nada que esconder, entonces es seria; si no, puede que haya intereses mezquinos o políticos detrás”.

El experto no recomienda pedir la participación de las Organizaciones No Gubernamentales, porque éstas pueden tomar partido, aunque sí tienen el derecho de brindar acompañamiento. “Debe haber libre acceso a los medios, porque el que no tiene nada que esconder puede abrir las puertas para que la prensa vea si está maquillado o no, si está demacrado o no. Muchos medios: CNN, Televisa, MVS Radio, La Jornada… A lo mejor un medio no comenta o no transmite nada, pero otros sí, y de esa forma se va viendo de qué tamaño es la seriedad del asunto”.

El tema es importante, añadió, porque atañe al derecho a la vida, que es uno de los derechos humanos fundamentales, derechos que ya forman parte de nuestra Constitución, sobre todo a partir de la reforma de junio de 2012. Con las modificaciones de dicho año, las comisiones estatal y nacional de los Derechos Humanos pueden ya intervenir en asuntos laborales.

A él, en lo personal, le interesa hablar de la ley no sólo de manera abstracta, sino aplicándola en casos concretos. Por eso, en su clase abordó muchas situaciones conocidas públicamente, como el caso de Napoleón Gómez Urrutia, quien es un líder minero perseguido por motivos políticos, o el de los bomberos en el DF que protestaron con una huelga de hambre para ser reinstalados en sus trabajos, luego de alegar ante el jefe de gobierno capitalino que su despido fue injustificado.

Los derechos humanos de los trabajadores, dice, son: el derecho al trabajo (“todos lo tenemos, no nos pueden privar de ejercer un trabajo, sólo aquel que sea ilícito”), al salario, a una jornada laboral limitada (no más de 48 horas a la semana), a la salud y a la vida.

Ésos son derechos individuales que todos tenemos. Los colectivos, explicó, son el de formar sindicatos (“no se debe discriminar a personas por pertenecer a un sindicato”), el derecho a la negociación colectiva entre patrones y trabajadores para llegar a relaciones laborales civilizadas, que respeten la ley y en las que ambas partes puedan tener beneficios, y el de la no persecución de los líderes.

Por último, se pronunció por difundir los derechos humanos desde la preprimaria, para tener una sociedad con paz social, “ya que si hay paz social, puede haber paz en el mundo”.

Enrique Larios es egresado de la UNAM, diplomado en Derecho Procesal del Trabajo por el Instituto de Investigaciones Jurídicas; certificado en normas internacionales del trabajo por el Centro Internacional de Formación de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y profesor de carrera definitivo por oposición de la UNAM, con 30 años de dar cátedra y 33 de ejercer como litigante.