TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano.

La gente llama incienso (latín incensum, encender) a toda varita que despide un delicioso aroma, para muchos, aunque otras personas no lo toleran. Existen variados aromas y se dice que aquellos que son sintéticos son más dañinos que el propio tabaco. En consecuencia, es importante evitar exponerse a ellos por salud y para ello es necesario mantener el área ventilada adecuadamente.

Se trata de la preparación a base de resinas aromáticas de origen vegetal que, mezcladas con aceites de numerosas esencias, desprenden un humo balsámico al arder. La presentación más popular es el de varita, se usa muy frecuentemente para conectar con el plano espiritual.

Estos palitos energéticos han trascendido por años como vehículo de meditación y bienestar del cuerpo y alma. Las propiedades aromáticas del incienso motivan a las personas para que, de manera frecuente, usen los diferentes aromas para la armonización de espacios. Por eso, en el plano doméstico son empleados para retirar energías negativas o en el hogar, oficina, etc. Además de proporcionar el flujo económico positivo y procurar la armonía.

También se usan para ocultar olores desagradables, dado que sus elementos naturales y su fragancia perduran por varias horas sin toxicidad alguna. Puedo decir que el incienso, ha jugado un importante papel en ceremonias religiosas y espirituales desde que es conocido, porque contribuye a la elevación del alma.

La India, Egipto e Israel, eran los países que más utilizaban las varitas o aromas de los dioses, llamadas también así porque el humo que despiden se eleva hasta el cielo. Hoy en día, los occidentales hemos ganado terreno en el uso y consumo de incienso en sus diferentes modalidades y aromas. Como ejemplo, cito que, en excavaciones de las cámaras funerarias de Tutankamón, fueron encontradas vasijas que conservaban en su interior, cientos de inciensos de todo tipo, mismos que mantenían su aroma a pesar del paso de los siglos. En la actualidad, existen aromas que han ganado reputación por sus bondades y efectividad, al decir de quienes los usan. En los temazcales, por ejemplo, se usa el copal, una resina que mana de un árbol del mismo nombre. Cito lo anterior porque los aspectos eminentemente espirituales o de sanación, se acompañan del misticismo aromático de las plantas de poder.

Permítame compartirle algunas sugerencias sobre las varas de incienso más requeridas: Mirra, es protector universal por excelencia. Lavanda, maravilloso para descargar, limpiar y alejar el miedo. el incienso de lavanda, se usa para remover energías bajas en espacios de trabajo. Benjuí, es el símbolo del alma pura, por lo que se emplea para alejar espíritus malignos y limpiar energía negativa. Bergamota, su aroma sirve como antidepresivo, reanima y da paso a la superación. Canela, excelente para la meditación, ayuda a clarificar la mente y las ideas. Finalmente, le comentaré sobre el Romero, está indicado para atraer buena suerte, proteger y limpiar el hogar. también sirve para destruir maleficios. para los estudiantes resulta una maravilla antes de exámenes. Jazmín, este incienso ayuda a combatir la depresión y te renueva el optimismo y ánimo de quién lo emplea. Ninguno sustituye a su médico y son solo sanas sugerencias ancestrales.

ABUELITAS:

Este sol ya se apagó, pero otro nuevo ya empezó, Ipalnemohuani Ometeotl, reza un canto de temazcal nacido en las comunidades de nuestro México. habla del cierre y renovación de ciclos, el ciclo de la vida. En Colima, inicia una nueva administración, a la que es importante que los colimenses hagamos fuerte con nuestra participación. Lo he señalado de manera reiterada, es necesario sumar para el bien de la ciudadanía y si la administración saliente cometió fallas, serán las autoridades correspondientes las que se encarguen. A los colimenses nos toca cerrar filas en torno a los administradores que designamos con nuestro voto. Vamos unidos por un nuevo Colima, es cuánto.