TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Como ves, soy jodido para querer. Sé que no es suficiente. Somos muchos los que andamos con el cariño estropeado, pero hay que tener valor para sacarlo de adentro con estropeaduras y todo. Eduardo Galeano, escritor uruguayo.

Ante la negativa de mi madre para asistir a integrarme al H. Cuerpo de Bomberos VoluntarioS de Colima, esperé pacientemente que el tiempo transcurriera y así, alcanzar la mayoría de edad. Era la época en que los hijos obedecíamos a nuestros padres y en la que ellos, en unida complicidad respondían ante una petición nuestra, ¿ya le dijiste a tu madre? O viceversa, sin duda eran buenos tiempos, los derechos humanos se regían bajo otras normas. Aunque lo he comentado ya, hoy lo repito, cualquier papá o mamá tenían la autoridad moral para reprendernos y “a ver fulano, vete a tu casa o le daré aviso a tus padres”, esas palabras mágicas nos hacían “teletransportarnos” ipso facto a nuestros hogares. Los adultos de hoy, niños de aquel entonces no nos traumamos ni nos llevaron los extraterrestres y menos “el coco” de aquellas historias.

Actualmente algunos padres se quejan de que si les alzan la voz a sus hijos, estos “casi nos pegan”. Ciertamente los tiempos han cambiado, y quizás abusos del pasado motivaron a nuestras autoridades para dictar nuevas leyes que nos lleven a una convivencia social favorable. Sin embargo no podemos dejar de ver que la realidad ha rebasado a ciertas normas sociales que si bien es cierto, no estaban escritas, si formaban parte de una disciplina natural que todos acatábamos.

Me recibió el comandante Melchor Ursúa Quiroz y fui asignado a la guardia del martes, en donde fungía como encargado el teniente  Eduardo Leal de Dios. La entrada era a las nueve y la salda a las ocho del día siguiente, justo cuando entraba el personal que recibía compensación; cada siete domingos nos tocaba una guardia de todo el día, misma que servía para complementar las prácticas y actividades de limpieza y mantenimiento que realizábamos también los martes por la noche.

En las instituciones que prestan servicio voluntario como lo son Bomberos y Cruz Roja, las carencias son diversas y no hay dinero que ajuste para solventarlas. Jorge Asam, Ramón Barreda y Oscar Salazar, entre otros benefactores, eran quienes formaban parte del patronato, en mi tiempo, y sin duda, hacían malabares para que el dinero ajustara.

Usted que amablemente me lee, ha pensado ¿Qué sería de nuestra sociedad sin bomberos o sin socorristas? Como intuyo su respuesta, quiero invitarle para que en la medida de sus posibilidades, usted y yo, todos, podamos aportar como buenos ciudadanos, nuestra cooperación generosa y voluntaria para tan nobles causas. La fuerza de un estado o país somos sus habitantes, dirigir los destinos de éstas, nos obliga sanamente a ser corresponsables con las autoridades en el desarrollo y crecimiento de nuestra sociedad. Colima he crecido bastante y con ese crecimiento también han aumentado las necesidades en materia de protección civil.  ¡Ayudemos, sí se puede!

ABUELITAS:

El regreso de  Moctezuma, el chimalli (escudo o protección) será exhibido para conmemorar 500 años de la llegada de Hernán Cortés a territorio mexicano. La pieza, ha estado almacenada casi 20 años y se exhibirá en el mes de mayo en el Castillo de Chapultepec.  La pieza está elaborada con pieles de conejo, venado y ocelote (jaguar), así como con plumas de loros, quetzales y patos. Su tiempo de exposición será breve, por los elementos orgánicos que la componen, en consecuencia no debe permanecer sobreexpuesto a la luz. El tesoro de Moctezuma estará tres meses al público antes de regresar a resguardo.

2019, 66 años de la A.C.P.E en Colima, es cuánto.