TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

“Perforó con haces de luz la tenebrosidad de los espíritus. Hizo que las conciencias volasen de la cadena dogmática. Arrancó los vientres femeninos de la prostituida esterilidad de los conventos y amartilló la tenaza de la ley, sobre el pecho de la corrupción clerical”. Pensamiento dedicado a Benito Juárez en el busto erigido en su honor en el jardín que lleva su nombre en nuestra ciudad, construido durante el periodo gubernamental del Gral. Juan José Ríos.

Desde niño me llamaba la atención el letrero anterior, aunque no lo entendía me significaba. Sin duda, hablar de Juárez en nuestros días representa algo distinto a quienes lo mencionaron hace décadas, simplemente el mensaje anterior fue objeto de una notoria inconformidad y por escrito, algunos ciudadanos de 1920 solicitaron su fuera borrado de inmediato por contener palabras ofensivas entre otros calificativos. A 209 años de su natalicio, la sociedad de hoy recuerda con respeto y gratitud al ser humano que “enfrentó retos personales extraordinarios, que le forjaron el carácter y templaron su espíritu” señala el Mtro. Andrés Magaña Moreno, a nombre de la Gran Logia Suroeste; y agrega, “en el marco de un país que no ha alcanzado a encontrar su destino, en el que la democracia, la impunidad, la corrupción, la deshonestidad y la inseguridad se han instalado como algo cotidiano”.

Traicionado por el general Antonio Landa, Benito Juárez llegó a Colima el 25 de marzo de 1858 acompañado de sus ministros Guillermo Prieto, Manuel Ruiz, Melchor Ocampo, León Guzmán y Santos Degollado, quien por cierto aquí fue nombrado ministro de Guerra y general en jefe del ejército liberal. Quince días más tarde, el presidente Juárez se embarcaría en Manzanillo rumbo a Veracruz, por Panamá. Es así como nuestro estado se convirtió durante 15 días en la capital del país, sobra decir que en una etapa de convulsión política en la que los liberales luchaban por la instauración de la República. Hoy la construcción que habitara el  Benemérito de las Américas en esta capital durante su huida de quienes pretendían asesinarlo, pretendiendo así terminar con el movimiento liberal, está en completo abandono. Con una placa que recuerda su estadía en ese lugar, la casa ubicada en la calle 5 de Mayo número 36, en el centro de nuestra ciudad, tristemente agoniza ante la indiferencia social e institucional, misma que a pesar de su anuncio, ni se renta ni se vende.

En alguna de las pláticas que tuve con Doña María Ahumada de Gómez, me habló sobre la posesión de grandes reliquias que pertenecieron al impulsor de una educación pública y defensor de las libertades del hombre. Una cama, un traje, y objetos personales diversos, mismos que pretendía terminaran en un museo dedicado al “indio de Guelatao”. ¿Quién los tendrá? ¿Acaso se perderán en el polvo del olvido, como una pieza de origen prehispánico que representaba a una mujer con su hijo por un lado y su vientre abierto como si hubiera sido atendida por “cesárea”? (la tuve en mis manos en  1983).

 

ABUELITAS:

Por cuestiones de tiempo, descuido o desidia, no había podido sumarme al reconocimiento que recibió el Grupo de Respuesta en Caso de Desastres (GRED), de manos del ejecutivo estatal. Sin duda, la educación en materia de protección civil necesita seguir siendo reforzada, y aquellos que la promueven ser reconocidos y estimulados para que lo sigan haciendo. Al margen de las instituciones especializadas para atender emergencias, es necesario que el voluntariado sea impulsado, la geografía de nuestro estado así lo requiere y la sociedad lo necesita. Es cuánto.