Con leyendas de solidaridad en los cristales de sus autos, los taxistas reclaman al Presidente más vigilancia y piden que regresen los puntos de revisión en las principales salidas del municipio.
Asimismo exigen a la Procuraduría de Justicia que se esclarezca el crimen y que se logre dar con el asesino, ya que mientras eso sucede, los prestadores del servicio trabajan con la zozobra de ser víctimas del ejecutor.
Incluso la sociedad ha comenzado a padecer este conflicto, ya que los taxistas se niegan a prestar el servicio nocturno a poblaciones como Pancho Villa, Jalipa, Punta de Agua o Camotlán, sobre la carretera a Mina, ya que fue a un costado de la arteria en donde se halló el jueves por la mañana, el cadáver del chofer.