SOLILOQUIO

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¡Queremos paz!

Por: Yaret Ramos Vallett

Otra vez leo por todas partes el ¡YA BASTA! que la ciudadanía colimense expresa con dolor, rabia e impotencia ante los hechos delictivos que se han presentado en los últimos días en el que era, hasta hace algunos años, el estado más seguro del país.

Ah! pero ahora sí se unen a estas voces de denuncia las de políticos y funcionarios de gobierno, porque uno de los muertos de la semana llevaba los apellidos de una familia reconocida en el estado de Colima.

¿Por qué solamente levantan la voz y piden justicia cuando alguien que formaba parte de la estructura gubernamental es asesinado? ¿Acaso no son igual de valiosos la madre soltera que luchaba por mantener a sus hijos o el joven que tenía la vida por delante y que murieron por circunstancias ajenas a ellos? ¿Acaso ellos no merecen justicia?

Pero no se trata sólo de buscar a los culpables y hacerles pagar por estos crímenes, sino de que las autoridades ya hagan algo, para que la ciudadanía colimense podamos estar tranquilos cuando salimos a la calle a realizar nuestras actividades cotidianas.

Cuando Colima me acogió hace ya 13 años se percibía una paz y seguridad, que no había experimentado antes; mis hijos y yo podíamos salir a la calle aún a altas horas de la noche, con total seguridad de que nadie nos haría daño, las personas que nos encontrábamos en el camino nos saludaban con amabilidad y respeto, podíamos dejar las ventanillas del automóvil abiertas y nada se perdía, en dos ocasiones al salir de casa, por accidente, dejamos la puerta principal abierta y al regresar todo permanecía igual, tal como lo habíamos dejado.

Ese primer lugar en seguridad que tenía en ese entonces fue lo que me atrajo de Colima, ya que mi familia y yo provenimos de la Ciudad de México, donde los asaltos y la inseguridad eran algo cotidiano, así que huyendo de eso llegamos a este paradisíaco lugar.

Sin embargo ahora cuando todos los días en los medios de comunicación y redes sociales leo que hay otro ejecutado, otra jovencita desaparecida, otra casa robada, otro robo a mano armada, otro vehículo robado, hallazgo de fosas clandestinas, etcétera, etcétera, me pregunto ¿qué pasó con el Colima que era el estado más seguro del país?

Y aun cuando las encuestas de percepción de inseguridad o de calidad de vida no lo ubican en los primeros lugares, Colima ya no es el mismo lugar tranquilo, en la atmósfera se percibe la tensión de la población que en ocasiones ya no sale a caminar como lo hacía antes o ya no transita por cualquier lugar a cualquier hora por temor a lo que pueda suceder.

Como ciudadana colimense me uno al ¡Ya basta! y pido que nos cumplan ese eslogan que nos vendieron durante la campaña política ¡Vas a vivir seguro!

Eso quiero, por eso vine a vivir a Colima para vivir en paz y tranquilidad. ¡Quiero paz! ¡Queremos paz!