ENTRE los ecos de la elección del pasado 2 de junio que se escucharon bien y que siguen vigentes se encuentra lo que manifestó el ex alcalde de Tecomán y ex candidato de “Fuerza y Corazón por Colima” al mismo cargo, Óscar Armando Ávalos Verdugo: “la gente votó por el gobierno que merece y fue a favor de la falta de medicamentos, de la inseguridad, de los desaparecidos, de los feminicidios”. Es algo parecido a lo que manifestó la dirigente del SNTSA, Dolores González Meza, quien a su vez dijo: “Los trabajadores de la salud ya no van hablar por los ciudadanos, ahora que los ciudadanos le exijan al gobierno”, pues “en lugar de querer que haya medicamentos y doctores para atender a los pacientes, (la gente) optó porque le sigan dando el dinero de los programas sociales”. Y sí, es lamentable que la gente crea más en la mentira y la manipulación de morenas y morenos, sobre todo del presidente López Obrador, por el dinero que les vienen regalando a través de los programas sociales y no se quiera dar cuenta que ese dinero sirve de poco porque los productos y servicios básicos son cada vez más caros, cuando se había prometido lo contrario. ¿Y qué decir de que tienen que gastar para medicamentos e insumos que no tienen en las unidades de salud o que tienen que pagar más por el transporte, la recreación y otros servicios?
AL principio sí esperábamos por lógica que la implementación del IMSS-Bienestar en Colima sí avanzara en forma importante en el estado y fuera uno de los primeros en concluir con este proceso, ya que fue de los primeros estados en incorporarse a este modelo y la entidad es chica en territorio y población. Sin embargo, no ha sido así debido a que las decisiones que tienen que ver con los recursos se han centralizado y desde el nivel federal no se mueve ni un dedo si no lo aprueban o no lo promueven. Esta “política” ahora afecta a los trabajadores que vienen incorporando a este programa del IMSS, pues resulta que no les cubren sus salarios y ya les adeudan varias quincenas, según lo ha denunciado la dirigente del SNTSA. Esta situación que afecta a la población y a los trabajadores tendría que ver con los recortes que caprichosamente hace el gobierno federal por instrucciones del presidente López Obrador, quien ha demostrado una y otra vez que tiene otras prioridades como sus proyectos sexenales de Dos Bocas y Tren Maya y no la salud, la educación o la seguridad pública.
POR cierto, los trabajadores de la Salud, regularizados, formalizados y homologados, esperaban que con la llegada del nuevo secretario de Salud, Víctor Manuel Torrero Enríquez, conocedor de los temas administrativos y financieros, se terminarían los problemas administrativos y, por ejemplo, recibirían esta semana los recursos de sus prestaciones como el Fondo de Ahorro Capitalizable de los Trabajadores al Servicio del Estado, en este caso el FOEAC. Sin embargo, aun cuando el plazo para entregarlo vence el 15 de agosto, esperaban que se los cubrieran en esta semana, ya que al personal con plaza federal ya recibió el FONAC desde el pasado sábado, por lo que ahora están pensando en que el gobierno ha retrasado el pago de este fondo de ahorro con el fin de sacar ganancias de este dinero. No obstante, esperan que no sea así y antes del plazo o cuando éste se cumpla se les cubra esta prestación; si no, tendría que intervenir otra vez el sindicato para exigir el pago de esta prestación.
CUANDO leemos o escuchamos noticias como que el consumo de metanfetaminas en México se ha convertido en un problema de salud pública, debido principalmente al crecimiento exponencial que ha tenido en los últimos 5 años, según estudiosos del tema, recordamos que cada año, desde que el narcotráfico instauró el consumo de drogas en México, allá por los 70, en los medios de comunicación se consigna que aumenta y aumenta el consumo de drogas entre la población. Lo peor de esto es que el gobierno haga muy poco por cambiar esta situación, pese a saber lo dañino que son las drogas para niños, adolescentes y jóvenes que hasta pueden acabar con su vida. No es suficiente que sólo reconozcan que el problema aumenta, sino que anuncien qué van a hacer para frenar este incremento y que lo hagan, pues hasta ahorita lo que han prometido se ha quedado en el discurso, la mentira y la simulación. Al paso que nos llevan, México se convertiría también en uno de los principales consumidores de drogas en el mundo.
HABÍA preparado un comentario sobre cierto debate que ha surgido en Tecomán por la posibilidad de instalar una perrera en ese municipio debido a que hay muchos perros en las calles desde hace bastantes años en el sentido de que a estas alturas este proyecto ya no es solución a esta problemática y que en lugar de esto se trabaje en la esterilización de los peludos y no en el encierro y sacrificio de ellos. Por eso, me da gusto coincidir con Patricia Peña, conocida activista animalista de ese municipio, quien propone esterilizar y educar y argumenta que una perrera no solucionará los problemas como el abandono, el maltrato y la reproducción descontrolada de canes. Y no es una solución porque al menos en Colima y en México las perreras operan como auténticos centros de maltrato y, sobre todo, de sacrificio de peludos porque simplemente hacen muy poco para que la población los adopte.
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