*Además, del 1 al 10 el nivel de riesgo para Julio y los propios rescatistas era de 10 por la composición específica del suelo.
Redacción|CN COLIMANOTICIAS
Cuauhtémoc, Col.- Integrantes de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco, que participaron en las labores de rescate de Julio César, quien quedó atrapado en una noria en Montitlán, Cuauhtémoc, coincidieron en señalar que la operación de rescate fue de máxima complejidad y máximo riesgo, no solo para la persona, sino para todos los que participaron en dichas maniobras.
El director de operaciones de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco, Osvaldo Zavala, dijo que si pudieran medir la complejidad de la operación del 1 al 10, estarían en el grado máximo por muchos factores, siendo el principal las características propias del suelo.
Detalló que las condiciones del suelo eran tan complicadas que sí en un momento se lograba desenterrar hasta la cintura a Julio César, minutos después ya estaba nuevamente con tierra hasta el pecho porque se hundía más en el suelo o porque había derrumbes en la zona.
Había condiciones en el pozo que complicaban aún más las labores de rescate.
Por su parte, el coordinador de logística de Protección Civil y Bomberos de Jalisco, Fernando Rodríguez, mencionó que la parte de la noria era muy especial debido a lo inestable del terreno en esa zona.
“Era un espagueti de tipos de suelo, pero todos eran de baja capacidad de carga, esto es que la misma noria, el suelo no era capaz de soportarla, más los trabajos que le hicieron o que estas personas le estaban haciendo todavía en la parte baja, no tenía una estructura soportada adecuadamente, entonces el suelo se nos derrumbaba en la parte del interior y hacia el interior debido a los trabajos de excavación que le habían hecho todavía en la parte baja”, detalló el especialista.
Precisó que en las maniobras de rescate todo era complicado, incluso era muy difícil lograr colocar postes de madera para apuntalar y reforzar la estructura del pozo que finalmente colapsó; “entonces eso dificultó y cada vez hacía más difícil los trabajos de lograr estabilizar los suelos”.
Aunado a lo anterior, explicó que durante el día de ayer, se registraron dos derrumbes al interior de la noria que todavía llevaron a Julio César, 12 centímetros más abajo.
“A la persona la desenterrábamos, la lográbamos tener a la cintura y al poco rato otra vez ya estaba más arriba a medio pecho y en un espacio tan reducido”, expresó.
Cuestionado sobre la posibilidad de haberlo rescatado por la parte central del pozo de la noria, usando poleas y arneses para jalarlo hacia arriba, Fernando Rodríguez señaló que para lograr contener los suelos se tuvieron que realizar en primera instancia apuntalamientos de tipo horizontal, por lo que prácticamente era imposible sacarlo por fuera, “porque no había tránsito libre en la estructura del pozo. Estaba llena de madera, palos y trabes”.
Indicó que en primera instancia se había construido una caja con maderas y troncos para reforzar la estructura y era la que estaba soportando prácticamente la noria en la parte baja, “esa caja estaba como un metro y medio arriba de la persona, pero esa caja fue la que logró soportar y absorber los esfuerzos a lo que estaba sometido en lo que iba cediendo”, concluyó.