Por: Manuel Olvera Sánchez
Hablar sobre los contenidos de la enseñanza en el marco de los programas de estudio, es un asunto de primer orden; pues cada país debe ajustar los contenidos de la enseñanza a su medio, e incluso regiones, a fin de que la enseñanza genere los recursos humanos que su país reclama y requiere, para su desarrollo en todos los órdenes.
Bajo esta visión nuestro país en el devenir de los tiempos ha generado cambios y adecuaciones a las estructuras curriculares, para lo cual se han definido las asignaturas y contenidos programáticos que respondan a las necesidades y demandas del país para su desarrollo, y consecuente bienestar de la población.
De hecho es de sobra conocido que la educación juega papel importante para el desarrollo de los pueblos del orbe, razón por la que cada país en su momento decreta y pone en práctica sus respectivos proyectos, encaminados a lograr y alcanzar la calidad de la enseñanza, como es el caso de nuestro país que recientemente decretara la Reforma educativa encaminada a mejorar la calidad de la enseñanza.
Es importante señalar que el gobierno de Italia en el año de 1988 a través del ministro de Educación Nacional, creó una comisión de reflexión sobre los contenidos de la enseñanza, sustentada en 7 principios referentes a la los contenidos de la enseñanza.
En el primer principio señaló que los programas deben estar sujetos a una revisión periódica, lo cual sin duda representa un acierto; porque hoy en día la evolución de la ciencia y los cambios permanentes en la sociedad, obligan a las autoridades a estar constantemente actualizando los programas.
Remarca también en este principio que disminuir la extensión de un programa para nada representa bajar la calidad de los mismos, lo cual debemos decir resulta benéfico, ya que al disminuir la extensión de los programas siempre y cuando se hagan mediante un análisis y discusión a fondo, y coadyuve a que las evaluaciones a los programas se lleven a cabo de manera integral.
El segundo principio se refiere en particular a que la educación debe privilegiar todas las enseñanzas pertinentes para ofrecer modos de pensamiento, dotados de una validez y aplicación general.
Pero si bien es cierto al involucrar a todo lo que está relacionado con la enseñanza logrará que al alumno se le enseñe sin discriminar contenidos, se debe tomar en cuenta primero elaborar un diagnóstico sobre el nivel cultural del alumnado y en base al resultado, poder elaborar los currículos.
El tercer principio se maneja en el sentido de que los programas no tienen nada de un código imperativo, ya que solo son una guía para el profesor, el alumno – y los padres de familia -, quienes deben encontrar en él una exposición clara de los objetivos y las exigencias del nivel de enseñanza.
Lo anterior genera que en mi apreciación en relación a este caso, comparta el punto de vista de la comisión ya que tanto para el maestro como para el alumno, los programas solo les marcarán lo que se tiene considerado enseñar, como también la libertad y autonomía para que ambos se involucren para que a través de la investigación logren que el aprendizaje sea más integral.
El cuarto principio plantea la conveniencia de que los contenidos deben contemplar dos variables, su exigibilidad y su posibilidad de transmisión, ya que el dominio del saber es indispensable por razones científicas o sociales, por lo que en particular pienso que el docente debe tener siempre muy presente en donde está parado, conocer el nivel cultural del entorno, para que en base a esto y con el dominio del saber pueda transmitir a los alumnos lo que los contenidos marcan y lograr el aprendizaje de los alumnos.
Habla también de que la transformación de los contenidos debe ser después de un trabajo de experimentación sobre casos reales, con la colaboración de los maestros, pero se piensa que está dejando fuera un factor muy importante que son los alumnos y los padres de familia, ya que si bien es cierto el experimentar sobre casos reales se pueden generar mejores contenidos, no se estaría hablando de contenidos integrales.
Con relación al quinto principio este marca que se debe hacer una redefinición sobre las formas de enseñanza, que hay que alternar cursos obligatorios y cursos opcionales, de enseñanza individual y enseñanza colectiva, logrando con esto la disminución en el tiempo empleado por los alumnos y también disminuir el número de horas de clase de los maestros.
Lo anterior es algo muy rescatable por ser algo que considero fundamental ya que este principio permite que el alumno cuente con esa libertad y autonomía para aprender ya que la interactuar y compartir conocimientos a través de estas variables, el aprendizaje será realmente un aprendizaje verdadero, y con relación al docente este tendría más tiempo para planear la clase diaria.
En el sexto principio hace énfasis en coordinar las acciones de los docentes a través de reuniones de trabajo e intercambiar información sobre los contenidos y los métodos de enseñanza, por lo cual se percibe que de esta manera los contenidos se pueden ir replanteando y por lo tanto de manera automática se da el enriquecimiento educativo.
Sin embargo, llama la atención que en ninguno de los principios aquí enumerados se habla de mejoras en las remuneraciones salariales a los docentes, lo cual deja muy claro que es cuestión de actitudes tanto de la autoridad como de los docentes para que la educación cumpla con los mínimos estándares de calidad que manejan las potencias mundiales en materia educativa.
El séptimo y último principio va en el sentido de que en una educación moderna bajo ninguna circunstancia se deben dejar de lado la historia de las lenguas, de las culturas y las religiones, por lo cual desde mi muy particular punto de vista es lo más recomendable el que la historia, las culturas y las religiones no se excluyan dentro de los contenidos.
Lo anterior; porque si bien es cierto – según la interpretación que se dé – existen cosas buenas que se pueden rescatar e incluir en los contenidos, logrando con esto una educación más integral que dé como resultado forjar seres humanos preparados para el momento que reclama todo país.
La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.
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