Presenta Ballet Folclórico programa “Nostalgia”, el 19 de este mes

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*Transformar el escenario con ayuda de la luz, tarea de Ricardo Munguía para el Ballet folclórico

COLIMANOTICIAS

Colima.- Ricardo Munguía de la Cruz trabaja desde hace 15 años en el área de producción del Ballet folclórico de la Universidad de Colima, especialmente en el área de iluminación. Su función es coordinar y organizar lo que sucede antes, durante y después de la presentación del ballet.

En entrevista, comparte que el montaje escénico para la presentación del programa en turno del Ballet se realiza de 24 a 36 horas previas a que los bailares entren a escena. Durante este tiempo, un equipo de más de 30 personas entre audio, utilería y escenografía, se encargan de montar, marcar, acomodar y supervisar cada uno de los detalles para que cuando lleguen los bailarines sólo se dediquen a afinar detalles antes de la función.

Además de coordinar el área de producción, “mi función es de iluminación; esto implica hacer el montaje de la iluminación previo, durante el espectáculo y llevar el uso adecuado de la tramoya”. Aunque esta tarea parezca poco sencilla cuando los bailares están en escena, Ricardo necesita conocer la idea y lo que se quiere decir en cada uno de los cuadros que se presentan para poder contribuir con lo mejor de su trabajo.

“El trabajo inicia cuando al maestro Zamarripa plantea cuál es su idea, ya sea de una pieza o del programa completo. Nos plantea la idea, bocetos, y de ahí nos basamos para ver el tipo de luz, de lámpara, la psicología del color, de la atmosfera, si se necesita algo dramático, una determinada posición de los músicos y vamos llegando a una sola idea. Llegando a la conclusión, hacemos un pre-diseño. Esto nos lleva un año y con base en esto llegamos a la conclusión del diseño, y es Zamarripa quien lo aprueba”, comenta Ricardo.

Revela que a cada bailarín se le asigna un número, con el cual se identifican para el vestuario y los accesorios. “A todos los bailarines se les asigna un número; es decir, que si se habla con un determinado bailarín ellos tiene un número que lo va a llevar desde su calzado, hasta su cabeza, pasando por su pantalón, paliacate y cinturón”.

Esto les ayuda para que no se les olvide el vestuario ni los accesorios, “aunque en algunas ocasiones hemos olvidado algo, la experiencia nos ha enseñado a llevar prendas de repuesto para que el público pueda disfrutar de cada una de las escenas”, añade.

“Hace 25 años inicié barriendo el salón grande; después me dieron la oportunidad de reparar penachos y sombreros. Más adelante, siempre con el apoyo del maestro Rafael Zamarripa, quien nos ha inculcado siempre a superarnos, me permitieron tomar cursos y diplomados de todo esto que me fascina y me encanta”.

Y así con una sonrisa dibujada en su boca, dice que le impresiona transformar un escenario, “un lugar que es complicado pero que al final desborda emociones y sensaciones”.

Invitó, por último, a que todos y todas vayan a ver la presentación del programa “Nostalgia”, un viaje de colores y ritmos por el país, un descenso al corazón de la nostalgia evocando el cine de los cuarenta en México, los calendarios idílicos de Helguera y los lamentos a capela que se cantaban en la región de la Laguna, Coahuila.

La función inicial de este programa se realizará el próximo domingo 19 de abril y a partir de allí todos los domingos de mayo a las doce del día. Boletos a la venta en tiendas La Marina, en las oficinas de la Dirección General de Difusión Cultural de la UdeC y el día de la función en taquilla. El costo es de 50 pesos a niños, 70 a estudiantes, 160 en planta alta y 200 pesos en la planta baja.