PLAZAS COMUNITARIAS (Más educación ‘para que no haya más cachetadas en los hogares’)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana.

Como es sabido, el Inea tiene como misión ofrecer educación básica a todos los jóvenes y adultos mayores de 15 años que no completaron su educación a través del sistema escolarizado y que brinda igualmente servicios de alfabetización, así como una educación de calidad que enriquece la vida y el trabajo de quienes buscan superar sus rezago educativo.

Las plazas comunitarias son un programa estrella de la institución, fue impulsado por el fallecido director Ramón de la Peña, quien incluso las llevó a los Estados Unidos para apoyar la instrucción de mexicanos que laboraban y vivían allá. Nacieron como una fórmula de combate al rezago educativo dentro del programa de mediano plazo del Consejo Nacional de la Educación para la Vida y el Trabajo (CONEVyT), que tiene establecidas tres grandes áreas programáticas: Integración del sistema nacional de educación y capacitación de los adultos, nuevas fórmulas de combate al rezago educativo, y el fomento de la investigación y la innovación educativa.

Desde el año 2001, inició el funcionamiento de las plazas comunitarias. La experiencia acumulada de estos centros ha demostrado la dignificación de la educación para los adultos, siendo un proyecto innovador que tiene un enorme potencial como espacio educativo con una diversidad de recursos tecnológicos y materiales. Además el espacio de plazas comunitarias permite emprender y coordinar proyectos para fortalecer las acciones educativas y de desarrollo comunitario a lo largo del territorio nacional. En la actualidad, las hay en casi todos los puntos del territorio nacional. Han probado su funcionalidad.

En mi tiempo de director de esa institución a nivel local, constaté los beneficios que produjo la incorporación de tecnologías a la educación de adultos. Ví cómo, aún en las más alejadas localidades, niños y mujeres, sobre todo ya de cierta edad, le perdían el miedo a las computadoras y que, ya familiarizadas con estas, optaban por sacar adelante sus estudios de primaria y secundaria que estaban suspendidos. A nivel Colima, las plazas comunitarias han atendido históricamente a miles de colimenses, contribuyen formalmente a la educación de personas que en su vida han acumulado saberes y que por innumerables motivos dejaron de estudiar.

Es por ello que el anuncio reciente del cabildo villalvarense de que se instalarán tres plazas más en el municipio mediante un convenio que firmará con el Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA), que ampliará los servicios de alfabetización, promoverá la educación básica y articulará la educación y la formación para el trabajo de personas entre los 15 años o más, es una magnífica noticia; “servirá para aprovechar los medios tecnológicos en el proceso enseñanza-aprendizaje, abrirá el acceso a información y recursos educativos novedosos y acercará medios tecnológicos a la población que no tiene acceso a ellos”. Las Plazas Comunitarias se instalarán en la Biblioteca Enrique Corona Morfín, de Independencia 222; en el Centro Comunitario Sur, de la colonia El Centenario, y en la Casa de la Cultura, Villa de Álvarez, informó el Ayuntamiento.

El convenio respectivo establece que el Ayuntamiento apoye al IEEA en la promoción y difusión de los programas educativos vigentes; proporcione la energía eléctrica, el internet, la limpieza, el agua  y los sanitarios de las plazas comunitarias, así como el mantenimiento de los inmuebles. Este apartado especifica una obligación de esta entidad para que se garantice el servicio sin interrupciones. Tiene que pensarse que el adulto, en ocasiones, se desespera o le llaman la atención otras cosas y puede deslindarse de los procesos educativos.

Por su parte, el IEEA proporcionará los servicios para garantizar la acreditación y certificación de estudios de primaria y secundaria, registrará y llevará el control de usuarios de los servicios de educación básica, emitirá los reportes de acreditación y certificación, expedirá  los certificados de terminación de estudios y capacitará a los operadores del proyecto.

Sentadas las bases para el incremento del servicio educativo con más plazas, se abre un camino más ancho para la educación de los adultos en ese municipio donde, según mis cuentas,   hay entendimientos internos que permiten tomar decisiones consensuadas, inteligentes y con oportunidad. Que así le sigan, porque en mis tiempos los adultos tomaban clase a veces debajo de algún árbol o de alguna casa vieja en las localidades rurales.

El éxito en esa tarea está garantizado de antemano. Cuando hay voluntad política, compromiso social y participan instituciones responsables en favor del bienestar común, como lo son las dos instituciones referidas, la buena siembra ofrecerá frutos generosos en el corto, mediano y largo plazo.

Pienso que si los gobiernos dan con la pauta e incentivan la educación, abrirán nuevas perspectivas para todos. Con más educación, la gente produce más, es más feliz y el Estado se beneficia porque gasta o invierte menos en apoyar a los más rezagados, y desde luego que multiplica su renta económica. Y en los hogares, habiendo más educación entre sus integrantes, la vida puede transcurrir sin mayores signos de violencia, “sin cachetadas”, aspiración esta que citó hace algunos meses la gobernadora Indidra Vizcaíno cuando dijo que su gobierno centraría su atención en la educación.