Pergamino Balompédico

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Alex Carbajal Berber|ULTRAMEDIA

La crisis de Chivas

En Chivas, la crisis se ha vuelta crónica, y pareciera ser como la crisis económica de nuestro país: eterna. A diferencia de lo que sucede en la nación, en el Guadalajara hay un solo culpable, no uno diferente cada seis años: Jorge Vergara.

Si alguien es capaz de no lograrse entender y no callarse para aprender y escuchar a Johan Cruyff, no digamos en una charla informal, sino después de haberle pagado millones de euros por la asesoría, no hay de otra: se debe tener un ego demasiado grande, más que el del holandés, aunque por lo menos en Cruyff está justificado. Lo malo para las Chivas y su dueño es que esta falta de humildad se ha presentado en demasiadas ocasiones, tanto que la cerrazón y la falta de conocimientos de las gestiones deportivas han llevado a Chivas al borde del precipicio.

En Chivas nada funciona. Regresó Benjamín Galindo, que se había ido hace años por la puerta trasera después de una buena gestión, y regresó para hacer el ridículo. No se puede decir que la culpa sea enteramente de él. Ciertamente, la plantilla del Guadalajara no es algo para presumir. Falta calidad, y los que tienen destellos lo hacen de a poco, pues brillan más en las revistas del corazón y en la vida nocturna, de los cuáles sí son protagonistas.

El caso de Marco Fabián es el mejor ejemplo. No se debe pensar que un futbolista es un esclavo que no tiene derecho a divertirse. Ganan bastante plata, algunos ya están forrados con apenas 22 años, pero deben aprender a administrarse. Volviendo a los ejemplos: Romario entrenaba mejor después de irse de rumba, pero el brasileño era un superdotado con el que Fabián –ultra valorado en extremo- ni siquiera puede soñar en compararse.

Y si a esas vamos hay fallas en todas las líneas. Vergara alega que invirtió 15 millones de dólares en refuerzos, entonces tendría que despedir a su director deportivo, si es que alguna vez le hizo caso. De haber tomado él las decisiones, o su esposa, tendría que despedirse él mismo.

Que Vergara no lo olvide: América, el acérrimo rival, también pasó muchos años haciendo el ridículo, pero se dejaron de sandeces y contrataron a un buen entrenador que les ha sabido guiar para ser protagonistas. Eso debe dolerle al dueño de las Chivas que ve cada quince días como su modernísimo estadio es el más vacío, y que cada semana tiene que cuidar la posición de su club en la tabla del descenso, donde por cierto, cada vez hay peores noticias.