Pedirán la Destitución del Director de Urgencias de la Clínica del IMSS

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    Esta es la carta enviada esta tarde a la redacción de Colima Noticias. Se omite el nombre del afectado, pero está en poder de este medio para cualquier aclaración, así como sus datos y correo electrónico.

    Estimado Javier:
    La noche del miércoles 3 de noviembre, me hija de 5 años de edad tenía una fiebre de 39.5 grados y fuertes dolores abdominales, por lo que de inmediato la trasladé al servicio de Urgencias de la clínica 19 del Seguro Social, donde fue atendida por el doctor de turno, quien, sin aplicarle algún medicamento para la fiebre, nos canalizó a la clínica número 1.

    Ahí, 20 minutos después, un enfermero, muy atento por cierto, le tomó la temperatura a la niña y registró 38.8 grados. Media hora después, nos atendió una doctora de complexión delgada, morena clara, alta y de ojos de color verde (la describo porque me negó su nombre), y tras hacerle la revisión a la niña, nos canalizó a pediatría y me entregó una hoja donde se instruía que se hicieran análisis de orina.

    Pasamos a pediatría y la enfermera me dio un recipiente para la muestra, la cual tomé y entregué en dos minutos, y me dijeron que esperara los resultados, que podrían tardar hasta hora y media.

    Pasaban los minutos y mi hija estaba muy inquieta, y como nadie estaba al pendiente de ella, pedí de favor se le tomara nuevamente la temperatura y arrojó 39 grados, pero seguían sin aplicarle medicamento, por lo que fui y pedí que la atendieran. Minutos después, la enfermera, sin la menor sensibilidad le aplicó un medicamento para la fiebre y la lastimó con la aguja.

    Pasaron 45 minutos y mi hija seguía igual, ahora con 38.5 grados, situación que le hice saber a la doctora que estaba en el filtro de pediatría y me dijo que el medicamento surtía efecto en 20 minutos, pero ya habían pasado 45 y empezaba a convulsionar.

    Entonces fui con la doctora que la revisó inicialmente y le comenté que no se le estaba dando la atención a la niña como es debido, pues yo tenía que estar tras de ellos para que se hicieran las cosas. La doctora, lejos de atender mi inconformidad, de forma irónica me dijo que eso pasaba porque ella estaba platicando con las enfermeras y no tenían tiempo de atenderme.

    Le insistí en que mi hija seguía con fiebre alta y la doctora me gritó: “!!pues bañela!!”

    Ante tal situación, por demás reprobable, acudí con el encargado de Urgencias, el doctor Arnoldo Muñiz, y le hice saber mi inconformidad y la actitud de la doctora, pero resultó peor, pues me dijo que la culpable de todo era la enfermera y no la doctora, porque ella ya tenía indicaciones de hacer lo que corresponde.

    Entonces le pedí el nombre de la doctora y me lo negó.

    Fui por mi hija, y con ella en mis brazos, regresé con el doctor Arnoldo Muñiz, quien a regañadientes me dio su nombre y me advirtió que ninguna queja procedería en su contra porque el delegado del IMSS era su amigo.

    Salí de la clínica y fui le llamé a un médico particular, el doctor Jorge Carbajal, quien a esa hora, casi las 02:00, atendió a mi hija en su casa, en menos de 15 minutos y con todas las consideraciones.

    El doctor Carbajal ordenó unos análisis, los cuales arrojaron infección gastrointestinal.

    Es inconcebible que en el IMSS haya malos servidores como el doctor Arnoldo Muñiz y la doctora que tanto protege, pues lo que más se necesita en el área de Urgencias es eficiencia y sensibilidad.

    Si me hubiera esperado más tiempo, tal vez mi hija hubiera muerto, comop sucedió con la joven estudiante Matilde Quintero Ochoa, víctima de la ineficiencia, ineptitud, incapacidad y mediocridad de algunos malos servidores del Seguro Social. ¿Quién más sigue?

    Y si esto no es suficiente para que el delegado remueva inmediatamente al doctor Arnoldo Muñiz y sus secuaces, recurriremos a otros niveles.