PARACAÍDAS

0

Federico Rangel Lozano, honesto magisterio

Por: Rogelio Guedea

En las últimas semanas, la reorganización de la gobernanza interna del PRI, luego de su estrepitosa derrota en las pasadas elecciones (de la cual no es el principal responsable el gobernador Mario Anguiano, como insisten los otropriistas), ha dado señales de los riesgos a los que todavía podría enfrentarse la militancia rojiblanca de hacer caso omiso al “mensaje de las urnas”, sobre todo ahora que la resolución sobre el destino de la gubernatura se disputará en los tribunales. Nacho Peralta, que ha sido prudente al no anunciar todavía a los posibles miembros de su equipo de transición y eventualmente su gabinete, tendrá también que ser cauto en no enviar a la población ningún mensaje que le impida realmente legitimarse de llegar a ocupar la gubernatura. Lo que pasó con la repartición de las diputaciones plurinominales, en donde se vio claramente el deseo de sepultar todo rastro de anguianismo al dejar fuera a dos de sus figuras más visibles (Nabor Ochoa y Francisco Ánzar), esto con el argumento de la paridad de género, nos muestra esta necesidad (de sesgo otropriista) de acabar con ese legado, olvidando que también en las urnas perdieron figuras emblemáticas de esa otra vertiente del PRI (como Hilda Ceballos, esposa del ex gobernador Moreno Peña o, en Manzanillo, Pico Zepeda). Lo que vendría a confirmar que Nacho Peralta está maniatado por grupos caciquiles de poder sería la pretensión de remover a uno de los mejores rostros del priismo actual: Federico Rangel Lozano. Para los que lo hayan olvidado, es preciso recordar que Rangel Lozano no sólo fue el puntero del PRI para ocupar la candidatura a la gubernatura de esta fuerza política (negada al final por imposición presidencial), sino que, más importante aún, representa la vertiente más honesta, comprometida y con mejor trayectoria política dentro de la nueva reconfiguración del PRI. Quitar a Rangel Lozano de la dirigencia del PRI estatal, por ejemplo, como se pretende, y, además, arrebatarle la coordinación de su bancada en el Congreso, para dársela a Graciela Larios, sería precisamente desoír completamente el “mensaje de las urnas” y seguir abonando al hundimiento de este instituto político. Nacho Peralta, priista número uno del Estado,  no lo debe permitir, tendrá que reconocer en Federico Rangel Lozano a un político leal y comprometido con su partido, además de (y esto es lo más destacable) apreciado y respetado por la sociedad. No darle el lugar que se merece sería mostrar poca sensibilidad política y empezar a sepultar la reconstrucción del futuro PRI, que hoy ha pasado a ser la segunda fuerza política de Colima, luego de que el PAN arrasara en las elecciones, aun cuando ahora le quieran arrebatar de muy mala manera algunos de sus triunfos. Llegue o no Nacho Peralta a la gubernatura, el honesto magisterio de Rangel Lozano, como el de otros priistas respetables, es un baluarte del que este instituto no puede prescindir para su verdadera refundación.

[email protected]

www.rogelioguedea.com

@rogelioguedea