Padres tiranos

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Por: Jonás Larios Deniz*

Ser padre no es la mejor opción de ser hoy en día. El rol hegemónico que el sistema tradicional de familia da a cada uno de sus miembros los condena al sufrimiento. La madre es la criadora, el padre el proveedor y las hijas e hijos  obedecen todas y cada una de las reglas señaladas por la madre y el padre. Cada uno de estos papeles se traduce en trato injusto, infelicidad y faltas de respeto de unos hacia otros. Mi papá nos cantaba una canción que de niño me parecía bonita y que al crecer me representó la explicación de muchos de nuestros pesares como familia. Era una canción religiosa y decía así:  (http://www.dsanjuan.org/apostoloteca/EXTRAS/cantos/cantos/cantosin/si_al_cielo_quieres_ir.htm): “Sí al cielo quieres ir, hay que guardar las fiestas, no trabajando en éstas; y a misa has de asistir. Si al cielo quieres ir, respeta a tus mayores, a hijos e inferiores, los debes instruir”. En un pueblo como en el que nací y crecí, ir al cielo era una meta real que se lograba con base en la asistencia permanente a las muchas actividades religiosas que la parroquia organizaba para su feligresía. El catecismo los sábados y la “misa de niños”, a las ocho de la mañana eran espacios de adoctrinamiento hacia un respeto mal entendido hacia nuestros padres. ¿Por qué lo digo? Nos hablaban del sufrimiento que las madres debían tener por sus hijos, tal como la Virgen María sufrió por Jesucristo. Nos enseñaban a no cuestionar las conductas, valores o decisiones de nuestros mayores y menos aún de nuestra madre y padre. Así que nos convertían en expectadores de una vida de sufrimiento para nuestras madres (al menos la mía) y del odio hacia nuestros padres (al menos el mío), por los abusos que daba a la familia. Mis hermanos hombres y yo (los hombres fuimos educados en el machismo. Cada sábado, durante cuatro o cinco horas, por muchos años, la mayor de mis hermanas planchaba la ropa de los once miembros de la familia, después la comisión fue compartida entre las otras dos hermanas. Hay dos hermanos hombres mayores y cuatro menores que ella y nunca se nos asignó esta tarea. Debo decirles que mi papá, antes de morir, pidió perdonó y perdonó a toda su familia por las faltas cometidas. Los perdones fueron concedidos. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española el machismo es la actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres (http://lema.rae.es/drae/?val=machismo). Tal actitud es la concreción del sistema patriarcal que vivimos en México y muchos otros países del mundo. El patriarcado es toda la estructura social en la que muy diversos factores se entrelazan y refuerzan mutuamente para hacer posibles las actitudes y conductas machistas: categorías conceptuales, esquemas de percepción, universo simbólico, leyes, costumbres, instituciones, organización económica, educación, publicidad, etc. (http://www.stopmachismo.net/marmar2.pdf). De manera que los hombres en general y los padres en particular representan al tirano de los seres que ama. Frente a este escenario, festejar el día del padre es un acontecimiento con relativamente poco éxito; aunque la mercadotecnia lo ha posicionado en el calendario de efemérides de nuestro país. ¿Cómo podrían los padres dejar la tiranía? No es suficiente con dejar de ir a misa (al menos los padres que son católicos), tendríamos que cambiar leyes, costumbres, sistemas educativos, tabuladores salariales, etc. Al respecto, se debe reconocer un avance inportante a partir de la lucha feminista en todo el mundo a través de la construcción de nuevos patrones de masculinidad en los que los hombres pueden hacer actividades destinadas a la mujeres (tales como las tareas domésticas) y la construcción de ambientes democráticos para la toma de decisiones justas y equitativas para todos los miembros de la familia. Así que las niñas y niños no tengan que obedecer las órdenes de sus mayores, o al menos de sus padres cuando éstas impliquen una falta de respeto para alguien. Colima puso en la mesa instituciones y servicios para combatir el machismo  como respuesta al incremento de casos de divorcio y de violencia intrafamiliar. Uno de ellos es el grupo de reflexión masculina que ofrece el Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar (CEPAVI), en el que los hombres aprenden a identificar y enfrentar su machismo; así mismo, a construir nuevos roles de ser hombre, esposo y padre, liberándose del sistema patriarcal. La estrategia de CEPAVI ha sido poco difundida y no apareció en la lista de regalos de los centros comerciales para el día del padre. Si me lo permiten, haré un comercial al respecto: “Regale a su papá un producto de calidad: una membresía a la felicidad en el grupo de reflexión masculina. ¡Porque papá lo necesita.” ¡Feliz día del padre!

*Profesor-investigador de la Universidad de Colima