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Estados Unidos.- A través de su principal portavoz, Truth social, ha dejado claro que ningún país, especialmente China, se las verá fácil para enviar sus productos a la que hasta hace poco tiempo era llamada tierra de las oportunidades.
La política comercial de Trump hacia China plantea incrementar a 60 por ciento los aranceles a las importaciones provenientes de este país, y aumentar a 200 por ciento (o más) los aranceles en los autos eléctricos chinos. No obstante, esto representaría un problema debido a la relación comercial tan estrecha que existe entre ambos países.
Actualmente, China ocupa el segundo lugar como socio comercial de Estados Unidos, posición que perdió frente a México el año pasado. Según datos de la Reserva Federal (FRED, por sus siglas en inglés), en 2023 Estados Unidos importó bienes chinos por un valor total de 427 mil millones de dólares, lo que representó una disminución anual del 20 por ciento, mientras que las importaciones provenientes de México superaron los 475 mil millones de dólares, lo que representa un crecimiento anual del 5 por ciento.
Sin embargo, la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China no ha sido algo reciente ni exclusivo del polémico representante republicano, pues en el segundo trimestre del 2024 el actual presidente Joe Biden anunció que aumentarían los aranceles a los productos de origen chino en sectores estratégicos, principalmente el de los autos eléctricos, baterías, acero y minerales. Además, se comunicó que los aranceles a los semiconductores pasarían del 25 al 50 por ciento durante el 2025.
En este sentido, el impacto de los aranceles se intensifica si se considera que los principales productos que Estados Unidos importa desde China están relacionados con la manufactura, como computadoras y partes para equipo de oficina, esto debido a que la industria china tiene una amplia ventaja en cuanto a sus precios con respecto a otros países manufactureros.
Asimismo, no solamente China ha sido objeto de este discurso proteccionista, pues también se desea imponer aranceles de 100% a los países del grupo BRICS (acrónimo para Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) si cumplen con su promesa de dejar de usar el dólar para adherirse a una moneda común.
De la misma forma, México, principal socio comercial de Estados Unidos, también ha sido acusado por Trump de actuar como un trampolín para las exportaciones chinas hacia su territorio. Ante estos señalamientos, el gobierno mexicano ha aclarado que, lejos de perjudicar a los Estados Unidos, el comercio bilateral beneficia a ambas naciones. Inclusive, el Banco de México señaló en su segundo informe trimestral que México no funciona como un trampolín de las exportaciones chinas a Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente electo cree lo contrario. De acuerdo con Trump, los aranceles serán útiles para la economía estadounidense, pues, según él, servirán para crear más empleos en las fábricas, ayudarán a reducir el déficit fiscal y reducirán los precios de alimentos.
Le tenemos una mala noticia al próximo presidente, y es que los datos contradicen sus políticas. Durante su primer mandato, Trump ya utilizó una estrategia de proteccionismo a la producción estadounidense sin resultados positivos. El presidente ordenó cobrar impuestos a la importación de acero, pero a esta tarifa le siguieron respuestas con más aranceles por parte de la Unión Europea y China que, sumado a la crisis en la cadena de suministros durante la pandemia, evidenciaron el error que implica abusar de las políticas proteccionistas.
China no es la misma economía que era hace seis años. En la actualidad, ésta es una economía más grande, pues del 2018 al 2023 su Producto Interno Bruto ha crecido 28 por ciento, también es una economía más abierta y con mayor poder de negociación.
Es muy probable que Trump esté enterado de todas las advertencias sobre los riesgos económicos que implican los aranceles — principalmente de las consecuencias inflacionarias— y aun así ha decidido continuar con su estrategia, ¿por qué? Porque, si bien los aranceles repercuten a la economía de quien los emite, también son una forma de proteger a las industrias locales y fue esa narrativa la que le dio el triunfo al candidato republicano.
Con información de Dinero en Imagen