Milonga del que se ausenta, Jorge Humberto Silva Ochoa

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Entre libros y café

José Luis Cobián León

Se dice que los triunfadores son la flor de la humanidad y se distinguen por su sonriente levedad. Así fue para mí el señor Jorge Humberto Silva Ochoa, Director General del corporativo Ecos de la Costa, El Correo de Manzanillo y El Zapotlán, hombre culto al que hoy se le ha rendido tributo por su IV Aniversario Luctuoso en el Estado.

Es así, que nuevamente en este espacio donde disfrutamos del sabor del saber, le rinde homenaje a la persona que conoció que la mejor forma de ampliar nuestro vocabulario y crecimiento personal es a través de la lectura, y al que le debo en parte esa motivación, Humberto Silva, cuya tenacidad lo llevó por el camino de las letras con las que nos llenó de su calidad humana.

Alguna vez uno de sus trabajadores me comentó, “el señor Humberto era una biblioteca andante, se podía hablar con el de cualquier tema”. Efectivamente tenía la capacidad de aludir cualquier asunto, y pueden corroborarlo un sinnúmero de alumnos y quienes tuvimos la oportunidad de tratarlo. “El llano en llamas” de Juan Rulfo, “El Todo Poderoso” de Irving Wallace, fueron algunas de sus tantas lecturas.

Agregar que en el presente deja un gran legado a través de su familia y que de aquel hombre de gestos elegantes, modales distinguidos, discreto y experto en la diplomacia más sutil, me quedo con sus atenciones de aprecio a un servidor y con sus palabras, sobre todo las que me dijo en el último desayuno de aniversario de su periódico porteño en el que pudo estar presente.

Por lo que honrando a su memoria desde esta humilde columna, evoco aquella canción de Alfredo Zitarrosa, de lo que fue para mí sus últimos momentos en esta vida: “Empecé a quererla porque sí, por nada… Fue como un dormirme sobre la guitarra y soñar milongas, cifras y zambas… Me alejo de ti, no puedo llorar, se queda en la noche tendido mi canto, marcando distancias… Me alejo de ti no puedo olvidar que el cielo mirabas y el llanto a tus ojos temblando asomaba… Me alejo de ti, yo quiero llorar, pero emocionado mirando el camino mis ojos se empañan”.

Milonga del que se ausenta para Jorge Humberto Silva Ochoa, maestro, periodista, político, gran artífice de las letras, esposo, padre y abuelo, del que puedo decir, apoyándome en Charles Bukowski, lo siguiente: “Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado. Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple”. Humberto era un artista. Para que no quede nada en el tintero. [email protected]