Locho: Mario le Heredó a Nacho una Ciudad Bombardeada y Endeudada

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    Lo anterior es parte de su columna que lee hoy el el diario Milenio Colima bajo el título “Herencia Maldita”, la cual por considerarla de interés y a petición de nuestros lectores, se transcribe textual:

     

    HERENCIA MALDITA

    Por Leoncio Morán Sánchez

    De las primeras decisiones que tomé al momento de asumir el cargo de presidente municipal de Colima, fue la de solicitar un crédito destinado a obra pública así como para el mantenimiento de vialidades.

    El monto del adeudo que el cabildo me autorizó fue por 50 millones de pesos, los cuales me comprometí a pagar meses antes del término de mi administración, así lo hice. Dos meses antes del 15 de octubre del 2006, fecha en que tendría que entregar el Ayuntamiento de Colima, por cierto, a Mario Anguiano, la deuda había sido pagada. Al actual gobernador de Colima le dejé finanzas sanas y casi 20 millones de pesos para que pudiera cumplir con los compromisos de fin de año que estaban en puerta.

    En los tres años de mi gobierno destinamos buena cantidad de recursos a mejoramiento de vialidades, encarpetamos gran parte de la ciudad y prácticamente todas las vialidades principales del municipio, además de aumentar considerablemente la cantidad de kilómetros de calles asfaltadas, permitiendo con esto que el transporte público pudiera entrar a zonas de la ciudad que anteriormente evitaban con el pretexto del mal estado de las vialidades; se contribuyo a mejorar los niveles de seguridad publica en colonias donde la policía prefería no entrar pretextando la misma razón, vialidades en un estado inadecuado para circular. Con el programa de “encarpetamiento permanente de vialidades” evitamos el número incontable de baches que se generan en temporal de lluvias y que hacen imposible, por más brigadas de bacheo que se destinen para ese fin, mantener las calles en buen estado. Fueron tres años de invertir y atender a la ciudad para que los colimenses tuviéramos una mejor calidad de vida.

    Lo que hoy estamos viviendo con respecto al pésimo estado de las vialidades en la ciudad de Colima es una más de las irresponsabilidades de Mario Anguiano. En los tres años de su gobierno municipal la inversión en este rubro fue mínima o prácticamente nula, las consecuencias las estamos padeciendo ahora. A pesar de los esfuerzos que el actual alcalde hace por mejorar la situación, esta no va a cambiar mientras no inicie con un programa de rencarpetamiento, por lo menos y de manera urgente, en el primer cuadro de la ciudad y en la principales avenidas. En estas condiciones, de nada sirven las brigadas de bacheo, sólo son “calmantes”, en la primera lluvia que vuelva a caer sobre nuestra capital, el problema se agravara.

    De no tomar medidas urgentes para atender este problema, no habrá dinero ni brigadas que alcancen. Ya lo reconoce el alcalde de Colima, Nacho Peralta, en la nota periodística que publica MILENIO COLIMA el día de ayer: “La solución costaría alrededor de 500 millones de pesos, sólo para el primer cuadro de la ciudad”. Habla de un cambio gradual de asfalto a concreto, lo cual considero adecuado; sin embargo, en mi experiencia considero importante que de manera paralela atienda las vialidades en las cuales será imposible cambiar a concreto.

    Entre otras, esta fue la “Herencia maldita” que Mario dejo a Nacho, una ciudad bombardeada, un ayuntamiento endeudado y una ciudadanía sufriendo las consecuencias. Sin recursos económicos y sin el apoyo del gobierno estatal, será difícil que Nacho resuelva el problema en corto plazo, es por eso que ahora que el alcalde anuncio hacer pública la situación financiera del municipio de Colima, seguramente descubriremos dónde quedo el dinero que Mario mal administró, dejando la deuda más alta en la historia de cualquier periodo municipal. Espero que Nacho se atreva a hacerla pública y cumpla su palabra.

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    Nota completa:

    http://www.mileniocolima.com.mx/modules.php?name=News&file=article&sid=2474&mode=thread&order=0&thold=0