Por: Eric Ramírez*
Circuló ayer en redes sociales una imagen ante la cual uno no puede evitar sentir pena, tristeza e indignación: una joven mujer hincada ante el cuerpo inerte de su esposo, y padre de la criatura que lleva en su vientre, llorando desconsolada, mientras lamenta la muerte de su acompañante vehicular y sentimental.
Esa imagen refleja el clima de inseguridad que persiste e nuestro estado. Inseguridad ante la cual no ha sabido responder y hacer frente quiénes a golpe de millones de pesos invertidos en su campaña, nos hicieron creer que viviríamos “Felices y seguros”.
Aún desconocemos cuál es la estrategia, si es que la hay, para disminuir los índices de delincuencia en nuestra entidad. Lo dijimos en la entrega anterior de esta columna: son tan variados como múltiples los componentes de una estrategia de seguridad con los consabidos componentes pilares como la prevención del delito, procuración y administración de justicia, así como la readaptación social.
Pero por más que traigan gente experta en estas materias de distintas entidades, con todo y que sean provenientes del gobierno federal, por ser ajenos a la realidad y dinámica social de nuestro estado, lejos están de comprender en su justa dimensión el alcance, pero sobre todo la solución a los problemas de seguridad de nuestra tierra. Ejemplo de ello es el actual Secretario de Seguridad Pública y el Procurador de Justicia, Eduardo Villa y Felipe Muñoz, respectivamente.
Repeler las balas con las balas no es la estrategia más adecuada, según nos lo indica la experiencia vivida en la gestión de Felipe Calderón. Prevención social, que atienda multifactorialmente la incidencia delictiva; fortalecimiento institucional, y eficaz coordinación entre instituciones; capacitación de los cuerpos policiales, así como las debidas medidas de inteligencia están siendo los grandes ausentes de esta fallida o inexistente estrategia que comenzó semanas antes de que iniciara el presente año.
Por si fuera poco el desconocer si realmente hay una “estrategia” que el actual gobierno ha ideado para que podamos vivir felices y seguros, también ignoramos si hay responsables de ella, pues con las ya famosas declaraciones de Nacho Peralta y Arnoldo Ochoa en el sentido de que la inseguridad es heredada y de que solo se están matando entre delincuentes, la única seguridad que podemos tener es que de la inseguridad no hay quien se haga responsable en Colima.
De refilón:
1.- ¿Con cuántas fotos en primeras planas saludando a policías judiciales heridos se acabará la inseguridad en Colima? Es pregunta ingenua e inocente.
2.- Va a parecer que estoy contando un chiste, pero le juro que no es así. Con tantos delincuentes libres por la calle haciendo de las suyas, con los poquitos policías que hay que “malpatrullan” las violentas calles del estado, y todavía el actual Gobierno del Estado tiene el desatino de tener elementos policiales cuidando las casas de los exgobernadores. Para muestra un botón: asómese a cualquier hora y en cualquier día de la semana a la calle Guillermo Prieto de esta ciudad capital, a un par de cuadras del Boulevard Camino Real, y observará atentos a un par de patrulleros cuidando la casa de un exgobernador. Lo mismo en los rumbos del trapiche. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Si todos los exgobernadores están siendo cuidados por los policías? Nosotros los ciudadanos de a pie, ¿a qué santo debemos encomendarnos?
*El autor es Licenciado en Derecho por la UNAM, Diplomado en Prevención del Delito por la Universidad de Chile, Locutor, y Presidente de la Asociación Civil “Estrategia 20-21”.