Los hombres también pueden llorar cuando es tocado lo más profundo de su alma,
y se corta la respiración.
Las lágrimas caen lentamente…
De pronto, la vida no vuelve a ser la misma. Hay un momento de meditación, un instante en el que te pones a pensar que hay algo que te ha dolido profundamente: un sentimiento al que llaman tristeza.
Pero también he conocido personas que lloran de emoción o de arrepentimiento. Entonces, puede ser que ese sea otro sentimiento.
El sentir por tristeza o felicidad,
las enseñanzas que se te han dado en la vida…
Todos vivimos la vida como algo común, hasta que algo inesperado pasa y te hace reflexionar sobre todo lo que has hecho.
No te pones a pensar si las cosas que hiciste estaban bien o mal hechas, pues no te dabas cuenta del camino que habías decidido seguir. Andabas por ese sendero y tomabas las decisiones que te llevaron hasta donde estás ahora.
Algunas personas, tristes, no esperan lo imaginado. Dolores profundos que, por las noches, traen recuerdos que creías haber superado. Pero cuando vuelven, te hacen revivir el momento y el sentimiento que tenías, y, sin duda, una lágrima más cae…
Mientras estás contigo mismo, recuerdas todo lo que has hecho en tu vida, todo el camino que has recorrido. Recuerdas las cosas buenas y las cosas malas.
Las malas, muchas veces, se quedan en un rincón. Y cuando pasas por ese rincón, resurge el sentimiento y brotan más lágrimas. Son recuerdos que no quisieras que existieran, pero están ahí. Es un recordatorio de lo sensibles que somos ante la vida. Nos recuerda que puede llegar la tristeza, pero también la felicidad.
“En los días de nuestra vida, nadie ha sido solo feliz, ni nadie solo triste”
~Oliver Reyes
Hay una compensación entre felicidad y tristeza: reímos, pero también lloramos.
Nos damos cuenta de las cosas que hicieron por nosotros o que dejaron de hacer, y eso nos puede causar felicidad o tristeza.
Hay personas que maduran por fuera, pero nunca por dentro. Siguen jugando como cuando eran niños, asumiendo las responsabilidades de la vida, pero aferrándose a los juegos de la infancia.
“Si derramas una lágrima más en el camino, no te preocupes, no te inundarás en ese llanto”
~Oliver Reyes
Con las experiencias, las lágrimas salen. Piensas que eres el más fuerte, pero la vida termina enseñándote que no es así. Cuando crees que no puedes llorar, la vida tendrá motivos para que lo hagas.
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a CN COLIMANOTICIAS.