LA PENÚLTIMA FASE

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Por: Christian Martinoli

Es un tipo contestatario, de opiniones fuertes, directas, honestas, polémicas, de formas incorrectamente políticas, es agresivo en su trabajo y no se deja de nadie. Para muchos parecería engreído, pero así es él, así es Tomás Boy; una personalidad radical, en fin, para no darle muchas vueltas tiene todo lo que a Cruz Azul no le gusta.

La desesperación por la malaria que persigue al cuadro de La Noria lo ha llevado a dar el penúltimo paso y es que los cementeros han hecho de todo en estos últimos 18 años con tal de obtener el tan ansiado título de Liga, que ahora se arriesgarán con la presencia de un carácter al cual le rehúyen históricamente.

Muchos críticos de Boy se van con la lapidaria y tradicional frase de: “no ha ganado nada”.

Cierto, pero varios que manejaron en este lapso al Azul tampoco lo hicieron e incluso otros que levantaron trofeos en otros clubes o hasta en la misma escuadra celeste no pudieron con la tarea de terminar con una de las maldiciones más emblemáticas que se tienen en el futbol mexicano y sobre todo para un cuadro de los populares.

Que si Boy tiene diferencias con algunos elementos que hoy conforman al plantel que va a dirigir, es normal, porque Tomás no está en este negocio para hacer amigos. Se supone que ambas partes tendrán la madures para buscar el bien común de una encomienda laboral, a este paso catalogada como heroica, porque parece que esta temporada se fue por la borda nuevamente a menos que ganen los seis partidos que tienen por delante.

Para Tomás es la oportunidad de su vida. Quizá desde hace tiempo necesitaba una chance de este calibre, aunque sus detractores hace años lo quieren fuera del juego.

La ventaja es que en este torneo nadie le podrá achacar nada, así que tiene seis jornadas para experimentar y construir su proyecto para enero o generar un impensado milagro prenavideño que evite el trágico aniversario de un karma que cumpliría su mayoría de edad.

Desde hace tiempo lo vengo pensando. Aquí, o los dos entes que se unieron el viernes terminan bien su aventura y son campeones en el corto-mediano plazo, o Tomás, deberá pensar en diversificación laboral y en el Azul, en cambios absolutos, principalmente en la cabeza que desde hace décadas los maneja sin los resultados que el pueblo azul de forma agonizante le exige y que cínicamente ésta, elude con la irresponsabilidad tan triste, gris y cobarde de buscar culpables en terceros.