Democracia deliberativa
Por: Ángel Durán
El 5 de junio de 1991, la Organización de Estados Americanos (OEA) en la resolución AG/RES. 1080 (XXI-O/91) estableció “que la democracia representativa es condición indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región”.
México al ser miembro de esta organización, es obligado al cumplimiento de sus resoluciones, señaló además “Que teniendo en cuenta la existencia generalizada de gobiernos democráticos en el hemisferio, es necesario darle efectiva aplicación al principio consignado en la carta, de que la solidaridad de los estados americanos y los altos fines que con ella se persiguen requieren la organización política de los mismos sobre la base del ejercicio efectivo de la democracia representativa”.
Luego en Perú, el 11 de septiembre de 2001, se crea la Carta Democrática Interamericana, cuyo objetivo “es promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto del principio de no intervención”.
Lo anterior, a la lectura evolutiva de esta institución de democracia participativa, sigue siendo, lograr su efectividad en todo el hemisferio, los esfuerzos que ha hecho la OEA, han sido permanentes e insta a los estados parte, a consolidad la democracia participativa, sin embargo, a pesar de ello, en América Latina y México, no es la excepción, esta institución, está en crisis y no se está cumpliendo con los fines que trazó la OEA, por ello, es indispensable reorganizar y buscar las mejores estrategias para lograrlo, en bien de la paz social en el continente.
Esta organización no puso límites para lograrlo, de hecho ninguna organización internacional impone a los estados como ejercer la democracia, cada nación es libre de hacerlo aunque los instrumentos internacionales de ONU dan las directrices, pero un análisis evolutivo, podemos concluir que una aproximación para fomentar y consolidad la democracia participativa es indispensable hacer una estrategia de participación social y de forma directa en la deliberación de los problemas que incidan en su forma de vida y que sus operadores democráticos, tomen en cuenta esta nueva característica y contribuya a localizar causas de su debilitamiento y las erradiquen, bajo un enfoque transformar, logrando así una democracia fuerte y de confianza social.
La democracia tiene muchos enemigos en México, es necesario defenderla para ello resulta fundamental, entender que para tener un mejor estado de derecho tenemos que definirla como el sistema de gobierno que tiene su base en la voz del pueblo y representa el pensamiento y la conciencia de la sociedad libre e informada.
El objetivo principal de las democracias es hacer eficaz, en todos los seres humanos, el respeto a su dignidad humana, pues se tiene que desarrollar en un ambiente de libertad, igualdad y fraternidad, elementos esenciales para garantizar una convivencia libre, autentica y firme; en sus resultados se irá viendo la identidad entre el respeto a los derechos del ser humano y el actuar de quienes detentan el poder, ninguna democracia podrá considerarse como tal, si el resultado no coincide con la confianza de la voz popular.
El estado está al servicio de su pueblo, nunca, en una democracia, existe la represión injusta, ni la simulación, y si ocurre, las voluntades libres y fraternas entre quienes toman decisiones de poder, bajo el principio de interdependencia en su actuar e indivisibilidad en acciones garantizarán la eficacia los derechos individuales y colectivos. Hasta la próxima.