INSEGURIDAD PÚBLICA

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Por: Manuel Olvera Sánchez.

Una de las problemáticas que ha crecido de manera importante en nuestro país en los últimos dos sexenios es la relacionada con la inseguridad pública. Remitiéndonos a la historia y analizando en particular a la Roma observaremos que los asesinos, ladrones o mafiosos cometían sus ilícitos con la seguridad de que difícilmente podrían ser sometidos a un castigo, lo anterior derivado de la poca inversión económica que las autoridades presupuestaban para combatir estos tipos de delitos y a esto se le sumaba la poca efectividad de la policía local encargada de sofocar los crímenes.

En lo referente al medio rural, en la Roma se llegó a establecer como medida preventiva el no salir de noche; debido a la ausencia de elementos policiales los pobladores optaban por formar sus propios medios para hacer frente a los criminales, los romanos contaban con una preparación increíble enfocada a combatir a los malhechores y de esa manera cuidar su patrimonio.

Ya en la República, los romanos temían de manera importante a los piratas, consideraban a esta tribu de bandidos como una de las bandas de criminales que en mayor grado dañaban el patrimonio de los romanos; para hacerles frente se tuvo que recurrir al ejército con la finalidad de frenar los delitos cometidos por estos bandoleros.

Vale recordar que fueron los romanos quienes ante una ola de delitos de toda índole optaron por establecer la pena de muerte y muy en particular en el delito de robo, para eso utilizaron una estrategia de traición ya que se infiltraba gente para detectar a los bandidos y una vez detectados se entregaban a las autoridades para que fueran sacrificados y en muchos casos iba precedida de exhibirlos en público, lo cual era más denigrante para su persona y familia.

La crucifixión también fue un sistema de castigo que utilizaron los romanos salvo que este tipo de castigo solo era aplicable a delincuentes donde el estatus social era bajo y no procedía su aplicación a la aristocracia ni mucho menos a ciudadanos del imperio, lo anterior evidenciaba una total estigmatización sobre la gente más humilde comparada con quienes ostentaban de manera otro estatus social.

Una característica que prevalecía entre los bandidos y asesinos de la Roma era que en su totalidad eran gente pobre y desesperada que ante la falta de oportunidades optaban por delinquir con las consecuencias que este tipo de actividades contrarias a la moral podrían traer como consecuencia una vida poco fácil y peligrosa para todos.

Si bien es cierto que la Roma se apoyo en el ejército para combatir a estos delincuentes, se presentaron ante una problemática que hoy en día estamos viendo que sigue vigente, ante sueldos bajos, en aquellos años los soldados optaron por recibir por parte de los delincuentes parte de lo obtenido derivado de sus actividades ilícitas, sin embargo, también existieron elementos militares que ante una posición económica holgada por cuestiones de avaricia recibiendo beneficios producto de lo hurtado por los delincuentes.

La ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente” fue lo prevaleciente en la cultura antigua, en esa época los delincuentes no eran castigados como se hace en la actualidad, ya sea como la pena corporal e incluso con la pena de muerte; en aquellos tiempos la sociedad hacia justicia por su propia mano, situaciones de castigo que hoy en día saldrían de cualquier contexto que violentarían cualquier derecho humano firmado en las convenciones internacionales.

Todo indica que las conductas antisociales han contribuido de manera considerable en el sentido de que los crímenes continúen acrecentándose en nuestro país, las estadísticas así lo revelan, la inseguridad en nuestro país posterior a la revolución no había sufrido un incremento como el vivido en las dos últimas administraciones federales convirtiendo a nuestro país en un panteón y una seguridad pública en ruinas.

La ultimas estadísticas reveladas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía indican que cada año se cometen más de 31 millones de delitos de los cuales el 99% quedan impunes, lo cual habla de un sistema de justicia terrible que ha propiciado que incluso desde los centros penitenciarios se cometan delitos como la extorsión, narcotráfico y una infinidad de delitos fraguados al interior de estos con la complicidad de las autoridades.

Hoy en día los criminales han logrado minar a las instituciones e incluso al sector empresarial y sin faltar a la clase política, se han diversificado y expandido haciendo más compleja la impartición de la justicia al grado de que por parte del estado mexicano se deban destinar cada ejercicio fiscal vía presupuesto de egresos recursos económicos con costos directos hacia la sociedad que hoy en día se encuentra cansada de un sistema judicial ineficiente.

 

 

 

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