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Colombia.- Se demostró que tres de las cinco unidades que le fueron transfundidas no fueron objeto de análisis o estudio alguno previo a su suministro, y un día después de la transfusión los exámenes arrojaron un resultado positivo para VIH mediante las pruebas de Elisa y Westerblood.
La Sección Tercera, con ponencia del magistrado Hernán Andrade Rincón, determinó que se presentó una falla en el servicio, por el comportamiento negligente y descuidado del hospital demandado en cuanto al cumplimiento de sus obligaciones respecto del análisis clínico de sangre para determinar o descartar la presencia de enfermedades transmisibles. Dicha omisión llevó finalmente a que la paciente resultara infectada con sangre contaminada con VIH.
“No se trata de una abstracta atribución o de un genérico e impreciso deber de vigilancia y control, sino de su grave incumplimiento por parte de la Administración Pública de tales deberes, todo lo cual produjo las nefastas consecuencias vistas en este asunto”, señala la sentencia.
Como consecuencia de la contaminación por VIH de la que fue víctima, la señora sufrió una grave alteración de su forma de vida, que tiene importantes implicaciones en su estado mental y espiritual.
Finalmente, como medida de no repetición, el Consejo de Estado ordenó enviar copia del fallo al Ministerio de Salud y a la Supersalud, para que publiquen en sus páginas web la decisión, y así evitar que vuelva a suceder.
OBLIGACIÓN DE LAS INSTITUCIONES
El fallo también explicó y recordó la obligación de las instituciones de salud que están dedicadas a la extracción, procesamiento, conservación y transporte de sangre total o de sus hemoderivados que tienen expresas obligaciones contempladas en el Decreto 1571 de 1993, como realizar pruebas de laboratorio que establezcan las condiciones de la sangre y la viabilidad de ser usada.
Fuente: Vanguardia COLOMBIA