HOMICIDIO DOLOSO NO ES LO MISMO QUE FEMINICIDIO

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

El 22 de junio de 2017, en este mismo espacio afirmé la gran diferencia de una muerte por homicidio doloso y una como resultado del feminicidio; es muy importante no confundirnos en las cifras que revelan la violencia contra las mujeres. Esto lo menciono debido a que en lo que va del año, de 41 muertes violentas de mujeres, sólo ocho corresponden a un feminicidio, las demás no. Hoy, casi un año después, la autoridad responsable de impartir justicia en el estado me da la razón.

“Nunca estaré de acuerdo con ninguna manifestación de violencia contra la mujer, principalmente porque en algún momento de mi vida, sin que la edad sea un factor, he vivido en carne propia la dimensión de la violencia, en sus diferentes etapas, y eso me permite comprender el gran problema social que no es exclusivo de una entidad o de nuestro país, el problema de la violencia contra las mujeres, es un tema global. Pero debemos partir de diferenciar conceptos y circunstancia, así es querido lector, lectora, no es lo mismo ser víctima de violencia a exponerse a la violencia, para ello citaré dos términos de los diccionarios o sitios de consulta:

“1.- Se denomina homicidio doloso a un subtipo del delito de homicidio que se caracteriza porque el criminal busca intencionadamente el resultado de muerte de la víctima; es decir, se prueba que existió intención de matar. Una variante es el homicidio simple con dolo eventual, en el que el autor tenía conocimiento o era consciente de que podía llegar a causar un daño, pese a lo cual no interrumpió su acción.

“2.- Se entiende por feminicidio el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer. Dicho de otra manera, cuando una mujer es la víctima de un crimen y dicho crimen se ha cometido por su condición femenina como principal causa, este fenómeno es conocido como feminicidio. Expertos en el tema opinan que la principal causa es la mentalidad machista y patriarcal en diferentes sectores de la sociedad. Se dice entonces que cuando una mujer no se somete al rol machista que les imponen en la casa, la pareja, la sociedad, la religión e incluso el decidir dejar a la pareja o llegar al divorcio, se puede desencadenar una reacción violenta que desemboca en el asesinato.

“Hasta ahí los conceptos obtenidos tras revisar fuentes diversas, y nos llevan de manera responsable y obligada a replantear las situaciones en donde lamentablemente se ha perdido la vida de una mujer.

“La violencia en sus diferentes modalidades es el dragón de siete cabezas con el que se ha enfrentado la mujer desde tiempos inmemoriales. Sea en el seno de la familia producida por los hermanos y solapada por los padres en algunos casos, bien sea en el noviazgo o la vida en pareja, en el ámbito social, laboral, artístico, o aquella que un demente (psicópata) propicia, es donde la mujer es irrefutablemente víctima de ella.

“Caso contrario cuando la mujer en búsqueda de mejores condiciones económicas, se enreda en células criminales y como parte de estos grupos, pierde la vida en lo que se conoce como homicidio doloso, en donde hay elementos que llevan a determinar a la autoridad las causas por las que una mujer perdió la vida.

“No debemos ser ligeros al analizar las dos situaciones que son abismalmente diferentes, en el primer caso, es decir en el feminicidio, la mujer es víctima de la máxima expresión de violencia por el hecho de ser mujer y en el segundo caso, la mujer por factores diversos, se expuso a la violencia; y tal parece que todo se está contabilizando igual, lo que de manera respetuosa considero un gravísimo error por parte de los organismos prodefensas de la mujer.

“Debemos partir de un verdadero análisis y reconocimiento para comenzar a diferenciar los lamentables decesos que han enlutado a cientos de familias en el país”.

Hasta aquí parte del contenido de mi columna, en donde se enfatiza la abismal diferencia entre un crimen y otro. No es lo mismo que una mujer muera como resultado de las agresiones por ser mujer, por someterse a una pareja que sistemáticamente la golpeaba, humillaba, hasta que un día se le pasó la mano y esa agresividad terminó por matarla.

Caso contrario a la mujer que se expuso de diferentes formas, entre ellas el consumo de drogas, alcohol y estar a altas horas de la madrugada en lugares poco seguros, o bien acudir a bares o algunos festejos en zonas despobladas, más delicada será la situación si la mujer es menor de edad; pero también está el caso de algunas féminas que tras dedicarse a actividades delictivas lamentablemente terminaron con su vida.

Ayer trascendió en titulares informativos que la Procuraduría General de Justicia ha resuelto la totalidad de los feminicidios ocurridos en el estado, al lograr siete vinculaciones a proceso y una sentencia condenatoria para quienes son señalados como imputados en estos casos. En lo que va del año han ocurrido en Colima 41 muertes violentas de mujeres, ocho fueron tipificadas como feminicidio de acuerdo a la investigación realizada con estricto apego a la ley vigente y al Protocolo Especializado en la Investigación del Delito de Feminicidio y sólo ocho casos encuadraron en el tipo penal de feminicidio, una vez agotada la investigación con base en los lineamientos del protocolo de actuación y atendiendo las directrices establecidas en la Alerta de Violencia de Género (AVG).

Y es que lo más importante es que la autoridad encargada de impartir justicia acata la instrucción del gobernador Ignacio Peralta, motivo por el cual la dependencia estatal trabaja en el esclarecimiento de estos delitos a través de las unidades especializadas en la materia, mediante acciones que permitan garantizar la seguridad de las mujeres y eviten la impunidad en la comisión de estos ilícitos.

Con estas acciones de gobierno, las mujeres en Colima no sólo gozamos de la protección de las leyes, sino que además el compromiso del gobernador es claro: Trabajar para erradicar la violencia de género en la entidad.