GUERRA DEL OPIO

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Por José Díaz Madrigal

¿Qué va hacer esta noche? Lo invito a cenar.Muy bien -respondió mi amigo- pero iremos al barrio chino, ni modo que se me asuste; usted todo un revolucionario mexicano de esos meros atravesados. No creo que se alarme de nada.Entramos a la estancia escondida atrás de una tienda, donde clandestinamente se vendía opio. Sentados a lo oriental, sólo tuvimos que esperar breves minutos para que el chino encargado  nos trajera una lámpara de fina flama, luego una cajita tibia con la sustancia opioide; dorada, ambarina. Con destreza mi acompañante tomó un estilete metálico y sumergió la punta en el líquido viscoso, enseguida, acercando la gota a la flama, se hizo una esferita refulgente, se difundió un aroma penetrante. Después untó el agujerito de una pipa y aspiró una bocanada.Media hora de animada conversación y volvimos a las pipas. Luego se puso a opinar: Esto del opio es una parranda de inteligencia, se aguza el ingenio. ¿Empieza a sentirse despejado, libre de preocupaciones? Ya verá que se le va a quitar ese ceño que trae. . . No hay nada que importe mi amigo, ¿su patria, para que quiere estar ahí ahora entre Pancho Villa y ese Carranza que tiene cara de ser tan bruto?Éste diálogo sucedió entre un desterrado del carrancismo, allá en un lejano país; el amigo era un joven y notable escritor de aquella época, tanto abusó de la droga que no pudo dejar de consumirla; convirtiendo en leyenda su temprana y trágica muerte, que sucedió poco tiempo después de reunirse con el mexicano. En cuanto a éste, cuenta que luego de aquella noche de juerga, no pudo dormir en dos noches. Haciendo el firme propósito de jamás probar un enervante.El opio, conocido en México también como heroína, es la goma que se extrae de la Amapola. Ésta planta de la cual se tienen referencias históricas, que la usaron distintos pueblos desde la antigüedad. Sin embargo la epidemia adictiva que causó al pueblo chino en el siglo XIX, es la más famosa de la historia, porque llegó a desencadenar una confrontación armada entre chinos y británicos, llamada Guerra del Opio.Los chinos habían permanecido cerrados al mundo hasta el siglo antepasado, cuando los ingleses fueron autorizados a instalar una fábrica para procesar la goma de la Amapola, el opio, para consumo de los propios chinos. El gobierno de China, ante los estragos que la droga estaba causando en la población, terminó prohibiendo el uso de la misma; afectando los intereses económicos de los británicos. Éstos respondieron enviando sus buques de guerra, destrozando la frágil armada china. Quedándose los ingleses como botín de guerra, con la isla de Hong Kong por 150 años, siendo regresada a los chinos, hace apenas 25 años.En la actualidad el opio pasó de moda, ya poco se usa entre los adictos. México era un importante productor de Amapola, pero al tomar fuerza las drogas sintéticas como la metanfetamina o recientemente el fentanilo, dejó de tener interés el cultivo de Amapola.Ahora se invirtieron los papeles, los chinos son los mayores productores de fentanilo y sus precursores. Están inundando ilegalmente el mercado en México, con la clara intención de que se exporte a los Estados Unidos, lugar que está resintiendo una fuerte crisis de salud pública a causa del fentanilo.El fentanilo es una droga sintética 50 veces más potente que la heroína o el opio. El consumo de esta sustancia, sola o en combinación con Anfetaminas; la convierte en una droga extremadamente adictiva, provocando tal cantidad de muertes en los Estados Unidos, que tan sólo en un año murieron más de 100 mil personas por sobredosis.Los chinos están llevando a cabo una guerra letal de baja intensidad, utilizando a grupos mexicanos para suministrar los ingredientes precursores del mortal fentanilo. Funcionarios estadounidenses sostienen, que la evidente implicación china en el tráfico de fentanilo, debe considerarse parte de su estrategia para desbancar a Estados Unidos de su hegemonía económica y militar.Todo parece indicar que China ha impulsado su guerra sin restricciones. Está utilizando el fentanilo para matar a buena parte de una generación de jóvenes norteamericanos. Éste plan les está funcionando bastante bien.El gobierno chino sin ningún escrúpulo, bajita la mano ya tiene a gran cantidad de su gente instalados en México, en concreto se pueden ver en Manzanillo. Uno de los objetivos es influir económicamente, por cierto, paisanos que han tenido tratos con ellos, se quejan de lo poco serio que son en sus tratos. ¿Será que el otro objetivo es coordinar cargas ilegales que vienen de su país de origen?No hace mucho tiempo se incautó en Manzanillo la mayor cantidad de fentanilo que se tenga registrado en el mundo, procedente de China. México no debe ser trampolín para los funestos propósitos del gobierno chino.